Presencia gallega en los Primeurs de Bordeaux 2017

Presencia gallega en los Primeurs de Bordeaux 2017

Esta es, sin duda, la semana grande de Bordeaux. No es la que más gente recibe, ni en la que se descorchan las grandes añadas, tampoco la que tiene mayor repercusión, pero desde la primera vez que fuimos (15 años ya) para nosotros sigue siendo una cita ineludible. Esta semana representa la más pura esencia de Bordeaux: el comercio.

Las buenas relaciones comerciales y las primeras clasificaciones cualitativas que los neerlandeses e ingleses implantaron en la zona durante el S. XVII, generaron una creciente y estable demanda del vino de Bordeaux. Esto hizo que a partir del S. XVIII los comerciantes se anticipasen a la salida al mercado de los vinos de los Châteaux para comprobar el estado del vino y, en ocasiones, para comprarlo y criarlo ellos mismos.

Será a partir de la década de 1970 cuando se establezca el sistema de primeurs tal y como lo conocemos hoy en día: los Negociants (compradores) negocian la compra de un cupo en primicia con los Courtier (intermediarios de los Châteaux).

Desde entonces, la venta anticipada (en primeur) se establece como práctica habitual y sentará las bases cualitativas de cada añada y el precio del vino de los Châteaux. La dinámica es bien sencilla, durante el periodo de guarda de los vinos, los Negociants se acercan a los Châteaux para negociar la compra de un determinado lote que los Courtier están autorizados a vender en primicia. Una vez que los Courtier (comisionistas sobre venta) “colocan” la primera partida, abren una segunda a mayor precio y así sucesivamente (normalmente hasta 3 ó 4 veces) con negociaciones muy volátiles en función de la cosecha y del interés mostrado por los Negociants. Un sistema en el que todos ganan: un Negociant avispado puede hacerse con un lote de un futurible excelente Bordeaux a muy buen precio y el Château recibe ingresos por adelantado antes siquiera de que el vino esté en el mercado.

Esta semana es un punto de encuentro entre Châteaux, Negociants y periodistas de todo el mundo, cuyo papel hoy en día es casi tan importante como el de los propios compradores. Desde que la cata en primeur del Baron Philippe de Rothschild en abril de 1982 fuese cubierta por la prensa, esta semana ha estado marcada por la presencia de prescriptores y periodistas internacionales, cuya opinión ha influido en las tendencias de compra y consumo capitaneadas casi siempre por Robert Parker. 

Así, durante la semana del 9 al 13 de abril de este año se han presentado los Primeurs de Bordeaux 2017. En esta ocasión, un grupo de sumilleres y enólogos gallegos nos hemos desplazado para probar la cosecha 2017 de algunos de los más exclusivos y prestigiosos vinos del mundo. El grupo formado por Luis Paadín (Guía de Vinos de Galicia), Alejandro Paadín (Servino Consulting), Javier Facal (Grupo El Huerto), Julio Blanco (La Cantina del Almacén) y Pablo Franco (Director técnico de la Rioja) un año más pudimos probar en primicia algunos de los más prestigiosos vinos del mundo. Como en otras ocasiones, pivotamos en torno a grandes Châteaux para comprobar su nivel respecto a cosechas pasadas, pero también asistimos a los primeurs de un gran número de bodegas más modestas para conceptualizar la añada de forma más objetiva.

En cualquier caso, para este artículo, desgranaremos los secretos que guardan las botellas del 2017 en algunos de los Châteaux más emblemáticos de Bordeaux. Empezaremos por la orilla derecha (río Dordogne) con dos de los grandes de Saint-Émilion: Château Angélus y Château Cheval Blanc (ambos Premier Grand Cru Classé A; máximo nivel cualitativo en la AOC).

CHÂTEAU ANGÉLUS

Las heladas en la primavera del 2017 sin duda han sido el tema central de todo Bordeaux y más que nunca en Saint-Émilion, donde hacía 26 años que no había una igual, arrasando más del 90% de algunos viñedos. En cualquier caso, afectaron de forma distinta a cada Château, siendo en este caso más notoria su presencia en la segunda marca, Le Carillon d’Angélus, de la que se produjo aproximadamente la mitad respecto a otros años (unas 25.000 botellas). Desde hace un par de años, se están esforzando en crear una cubierta orgánica en el viñedo basado en wis, trébol y mostaza. En cuanto al buque insignia del Château, la helada de los viñedos a menor altitud de Cabernet Franc ha forzado un aumento del Merlot en el coupage tradicional llegando al 70%. El Angélus de este año se muestra rotundo e intenso, con un perfil especiado (pimienta, orégano) y silvestre (zarazamora), fresco y con un tanino ya muy polimerizado. Difícil de predecir su futuro, pero muy pulido en este momento.

Aunque la helada habría podido defenestrar la cosecha, las óptimas condiciones climáticas del resto del año han concluido en una cosecha de baja cantidad, pero muy buena calidad. La quemazón de las primeras yemas ha permitido que bajase la carga por cepa y ha forzado una bajada de rendimiento, repercutiendo positivamente en la calidad del vino. Aún así, hay que tener cuidado con los viticultores menos honestos que han aprovechado  rebrotes de segunda para intentar paliar las pérdidas por la helada y que pueden otorgar al vino acidez y verdores desagradables (en ocasiones subsanables con termovinificación).

CHÂTEAU CHEVAL BLANC

Poca afectación por la helada, tan sólo se acusa la pérdida de gran parte del viñedo de blanco (Sauvignon Blanc y Semillón plantado al oeste del Château) que desciende su producción de 800 a 200 botellas y algo del Merlot de suelo arenoso. Le Petit Cheval mantiene el tradicional coupage de Merlot y Cabernet Franc (casi al 50%), mientras que Le Cheval Blanc 2017 incorpora por primera vez la Cabernet Sauvignon en una proporción del 14% frente al 56% de Merlot y 30% de Cabernet Franc. Esta nueva introducción se debe a dos parcelas de reciente plantación (2014 y 2015) en la cara sur del Château y que no suponen más que 1,38 ha. El Cheval Blanc 2017, que no verá el mercado hasta febrero del 2020, se presenta fino y elegante, con más carga frutal y floral que otros años con una boca fresca y larga. Quizás menos intenso que cosechas pretéritas, pero con una elegancia y delicadeza superior.

 Desplazándonos hasta la orilla izquierda (río Gironde), nos esperan algunas AOC míticas como Sauternes, Margaux o Pessac-Léognan.

CHÂTEAU D’YQUEM

El Château de Sauternes por excelencia, tiene en su haber el prestigioso título de ser el único Premier Cru Supérieur de toda la AOC (categoría creada en 1855 para este vino por su excepcionalidad). La botrytis del 2017 se hizo de rogar, incluso se podía pensar que, al igual que en el 2012, nos quedaríamos sin probar este exquisito elixir, por suerte las lluvias de septiembre trajeron consigo la imprescindible podredumbre noble. El caluroso verano y la demora en las lluvias forzó una vendimia ágil dado que la maduración se disparaba rápido y se corría el riesgo de perder el equilibrio entre acidez y azúcar. Aunque la helada no afectó más que a 3 ha (un 2,86% del total), la proporción habitual de 75% Semillón y 25% de Sauvignon Blanc se escoró más hacia el Semillón (85%), ya que el Sauvignon se mostraba deficitario de aromas por el largo periodo transcurrido entre la maduración y la vendimia (por la demora en la botrytis). La 2017 se asemeja a la del 2003 por el nivel de madurez, pero con una chispa mayor de acidez. Así con todo, esta cosecha se presenta más golosa que las pretéritas con 148 gr/l de azúcar frente a los 130-135 habituales. Nariz fragante, con más notas de vendimia tardía que de botrytis, en boca se muestra floral, cítrico, profundo y largo, muy largo.

CHÂTEAU MARGAUX

Sito en la AOC con su mismo nombre, goza del prestigioso título de Premier Grand Cru Classé desde que la lista fuese presentada en la Exposición Universal de París de 1855. Este 2017 la helada mermó su producción de tinto un 10%, mientras que el blanco se mantuvo casi intacto. Desde el Château este año se muestran más complacidos con la calidad del Pavillon Blanc (Sauvignon Blanc) que con el Pavillon Rouge, el cual marca ligeramente unas pirazinas de las que el Cabernet Sauvignon hace gala con un 76% del total del coupage. El Château Margaux por su parte se muestra más fructoso y balsámico (a pesar de que el Cabernet Sauvignon domina con un 89%), elegante con una boca fresca y un tanino ya muy pulido.

CHÂTEAU HAUT-BRION

Desde que el 10 de abril de 1663, Samuel Pepys escribiese en su diario que había probado en la Royal Oak Tavern de Londres  “…un tipo de vino francés, llamado Ho Bryan, con el sabor más bueno y particular que haya probado jamás.”, Château Haut-Brion se ha convertido en un mito. Por ello es el único Premier Grand Cru Classé en Pessac-Léognan y, por ende, en la región de Graves, lo que le permite vender su vino blanco bajo el mismo nombre que el tinto. Curiosamente comenzamos la cata por los tintos para evitar que la acidez del vino blanco interfiera en la percepción tánica de éstos. Le Clarence de Haut-Brion (la segunda marca del Château) muestra un perfil  de sotobosque y mineral (petricor), con un fondo de montebajo y un tanino aún algo marcado. Mientras, el Château Haut-Brion muestra todo su esplendor como uno de los grandes de Bordeaux que es: Flor, fruta, sotobosque y montebajo se intercalan en una suerte de vino más largo y profundo de lo habitual. Según nos comentó Pascal Baratié (Jefe de viñedo), este 2017 es un vino atípico de los últimos 20 años con una maduración precoz y días calurosos con noches frescas; resultando tintos más frescos y menos maduros que el 2015 y 2016 pero con taninos más recios. Aunque la Merlot y Cabernet Sauvignon entraron con muy buena calidad, el Cabernet Franc se vendimió prematuramente (por miedo a la podredumbre gris) bajando su proporción en el coupage final.

En cuanto al Haut-Brion blanco, decir que esta añada ha sido excepcional. Sus apenas 3 ha. de Sauvignon Blanc (56%) y Semillón (44%) proporcionan uno de los mejores vinos blancos del mundo. Criado 8 meses en barricas de 220 litros de tueste medio de origen borgoñón y caucásico, con un tropical comedido ya empieza a desarrollar notas de mantequilla y azafrán. En boca se muestra fresco, poderoso y fragante, los 4,39 gr/l de ácido sulfúrico lo mantendrá vivo por años.

Con todo, la calidad del Haut-Brion es inconmensurable, aunando poderío y elegancia, intensidad y finura, persistencia y delicadeza… Uno de los más grandes, sin duda.