Vigo, ciudad de Navidad

El reto no es, aunque podría serlo, apreciar todas y cada una de las 11 millones de luces LED que, según el Concello, iluminan Vigo esta Navidad. El reto más asumible y más trascendental es que esa energía lumínica atraiga a los visitantes y, también, a los propios vigueses, desvelando que la ciudad de la Navidad puede ser una urbe amable todo el año.

 

Vigo juega la baza de la Navidad. Lo hace desde el impulso decidido de su ayuntamiento y con el arrebato general de sus conciudadanos. Porque, ahora, la duda ya no es si te gusta más o menos la Navidad, sino que te guste la Navidad de Vigo. El alcalde vigués, Abel Caballero, ejerce de embajador principal de una iniciativa que ha ido calando en el último lustro y que ya supone un impulso económico y anímico de primer orden. Los magos vinieron de oriente y Papa Noel del polo, pero las luces vienen de Vigo.

Puestos a contabilizar, se asegura que cada noche de las largas navidades de Vigo, que comenzaron el pasado 20 de noviembre y durarán casi dos meses, se iluminan en la vía pública viguesa 11 millones de luces LED. Desde el mismo verano se inicia con una ingente operación que está presente en la ciudad 9 meses de cada año. El respaldo económico, con el turismo en cabeza, ha ido cimentando la apuesta. Y en España ya no hay quien no piense en Vigo cuando se habla de iluminación navideña.

El principal referente sigue siendo el árbol de Navidad gigante. Fue el primer símbolo y se mantiene como punto neurálgico de un plan de actividades cada año más amplio. Desde Policarpo Sanz, a la espera de recuperar su sitio en la Porta do Sol, vigila que todo se desarrolle según lo previsto. A sus pies una vía de acceso a base de luces y de detalles centrados en  los niños y niñas, verdadero objetivo de cualquier espíritu navideño que se precie.

Unos metros más abajo, la noria gira sobre su navideño eje y a su sombra, en la Alameda, vuelve a crecer un mercadillo de aire tradicional, un nuevo barrio navideño pleno de opciones. Además, la noria se ve retada en altura este año con la plataforma de descenso en trineo sita ya en el Areal. Un espectacular looping de nieve en una ciudad sin nieve. Otro milagro de la Navidad. Y desde la cima de esta nueva montaña artificial también se puede apreciar la zona de esparcimiento centrada en los niños que se ha situado en Rosalía de Castro, enviando al lumínico muñeco de nieve a que asome su oronda barriga hacia García Barbón.

Pero una de las características de la luz es su capacidad de iluminar cada uno de los rincones bajo su halo. De ahí que el centro tradicional de la ciudad no tenga el monopolio de las luces. El alumbrado navideño llega a cada esquina de Vigo con diferentes motivos, dando sentido a todo el conjunto y uniendo los diferentes puntos de actividad. Algunos de ellos especialmente mágicos, como los tío vivos clásicos instalados en Porta do Sol y en la Praza da Independencia.

Quien quiera podrá seguir las luces a modo de migas de paz para unir, por ejemplo, el mercadillo de la Alameda con el de la zona peatonal de O Calvario. O iniciar la jornada patinando en la explanada del Náutico y acabarla haciendo lo propio en la de Samil. O subirse al Tren do Nadal, sentarse y dejarse maravillar por Vigo en Navidad.

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