‘Valdeorras tiene que ser la champions del godello y la mencía’
La comarca de Valdeorras está compuesta por nueve municipios productores vitivinícolas que dotan a esta tierra, prácticamente mesetaria, de una singularidad única. Sus cientos de bodegas tradicionales continúan trabajando como sus ancestros lo hacían hace siglos, mimando el vino a mano desde debajo de la tierra, en cuevas, donde se encuentran muchas de ellas. Si preguntamos qué destaca en los vinos de Valdeorras, sin duda la respuesta será la calidad. Una calidad excepcional que le está abriendo las puertas de los mejores establecimientos el mundo. El pasado 21 de agosto de 2024, la D.O. Valdeorras ha sido la primera Denominación de Origen de Galicia en iniciar los trabajos de vendimia. Entrevistamos a José Ramón Rodríguez Castellanos, presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Valdeorras.
La temporada de vendimia está a punto de terminar. Tras un mes de trabajo, ¿qué valoración puedes hacer?
Los datos van a ser muy parejos a los del año pasado. Hay una tendencia de una producción controlada y con un rendimiento por hectárea más bien bajo. Las tierras de Valdeorras es decir, el viñedo, está en terrenos pizarrosos y granítico-arenosos que son muy pobres. Excelentes para producir grandes vinos, pero no son súper productivas.
En el consejo regulador tenemos para las variedades preferentes, 12.500 kilos por hectárea, pero nunca llegamos a los rendimientos máximos permitidos. Hablo de memoria, pero solemos producir sobre 8.000 kilos por hectárea. Nos mantenemos en unos rendimientos similares. Para hacer buen vino, la cantidad y la calidad suelen estar reñidas. Aunque no ha rematado todavía la vendimia, los datos intermedios que vamos manejando a diario indican que vamos a andar en una producción similar a la del año pasado.
También este 2024 se cumplen 50 años del Plan Revival (Reestructuración de Viñedos de Valdeorras), que marcó un antes y un después en la forma de hacer vino en la comarca, recuperó la uva godello para Valdeorras y para el mundo. ¿Qué lectura podemos hacer medio siglo después?
No deja de ser una fecha, pero sí, ahí empezó un gran trabajo. Hoy el godello está considerado una de las grandes variedades a nivel mundial para elaborar grandes vinos blancos. Hay que decirlo alto y claro: fuimos pioneros en apostar por el godello. Y todo el godello del mundo sale de Valdeorras. Cuando estaba prácticamente en extinción, un programa de colaboración público-privada que se puso en marcha a través de las Oficinas Agrarias Comarcales de Valdeorras y los viticultores que apostaron por lo propio, lo identitario y diferencial. Eso cambió la mentalidad de cómo se producía vino, ya no sólo en Valdeorras, me atrevería a decir en toda Galicia, porque fue un punto de inflexión: pasamos de hacer graneles a embotellados. De vinos comunes, a hacer vinos únicos y exclusivos. Hoy estamos recogiendo los frutos de todo ese trabajo de viticultores pioneros, bodegueros un poco locos –ríe– que se liaron la manta a la cabeza y apostaron por lo diferente. Al final lo de tu propia tierra, es lo que te puede diferenciar en un mercado cada vez más global.
Valdeorras es conocida por su variedad de uvas autóctonas, como la godello y la mencía. ¿Qué hace única a la D.O. en comparación con otras regiones vitivinícolas gallegas?
El suelo. Valdeorras es la principal productora mundial de pizarra de mucha calidad, y eso está en el suelo. Eso ni se copia, ni se puede exportar a ningún otro sitio. El clima, es otro de los puntos básicos para que nuestros vinos sean diferenciales: la confluencia del clima atlántico, mediterráneo y continental. Estamos a prácticamente 100 kilómetros de la costa, pero ya cerca de la meseta, por lo que no tenemos tanta humedad… Esta serie características climáticas y del suelo nos hacen únicos. Es lo que hace que muchos viticultores y bodegueros estén desembarcando en la zona. La variedad se puede mover, no es propiedad de nadie, se puede llevar a dónde quieras. Pero el clima y el suelo, son inimitables.
Afirmas que ‘sus vinos’ – D.O Valdeorras– están mejor que nunca, ¿por qué?
Cada vez son más reconocidos a nivel nacional e internacional, en concursos, en guías especializadas, sumilleres… muchas pequeñas cosas influyen para que sea cada cosecha mejor. Saber tratar la variedad, adaptar la vendimia a los distintos años climáticos… Y como es lógico, cada vez las bodegas van creciendo tecnológicamente en inversión para poder regular la fermentación de los vinos, nuevos tipos de elaboraciónen otros formatos que no son el acero inoxidable… hay muchas pequeñas cosas que hacen que un vino sea grande. Estoy convencido de que, tanto a nivel de viticultura como a nivel de bodega, cada año hay un avance importante.
En los últimos años, ¿cuáles han sido las principales iniciativas para promocionar los vinos de Valdeorras en el extranjero?
Una de las patas básicas de cualquier consejo regulador siempre va a ser la promoción. Al final, la D.O. es una marca que no pertenece a ningún operador. Es una marca conjunta, que es de todos y es la que hay que cuidar. ¿Cómo promocionamos la D.O.? Sobre todo, en ferias nacionales e internacionales, estando presentes en todas ellas o casi todas las más importantes siempre estamos presentes a través de un operador como es la Xunta de Galicia. Al final es donde se puede visibilizar un vino a nivel internacional. Y después con presentaciones especializadas. Somos una D.O. pequeñita, tenemos unos recursos limitados. Nuestros tiros tienen que ir muy enfocados a lo que nosotros podemos hacer desde el punto de vista financiero y económico. Es muy importante que los prescriptores nacionales e internacionales conozcan lo que estamos haciendo en Valdeorras. Al final, eso nos va a situar cada vez más en el mapa de las cartas de vino más prestigiosas a nivel nacional e internacional.
¿Dónde las habéis organizado este año?
Las estamos haciendo a nivel nacional. En 2024, hemos hecho dos. Una en Madrid, dirigida a prensa y a sumilleres especializados. Y la otra la hemos hecho en Bilbao, en el País Vasco, dirigida a sumilleres, que son los que hacen de altavoz lo que nosotros hacemos.
En cuanto a innovación y tecnología, ¿cómo está evolucionando la producción de vinos en Valdeorras sin perder su esencia artesanal?
Los vinos blancos son muy técnicos. Necesitas una buena tecnología a nivel bodega para elaborar un vino de calidad: un buen equipo de frío, etc. Las bodegas somos las primeras interesadas en mejorar la calidad sin perder el modo de hacer que nos caracteriza y por el que se nos reconoce. Es una exigencia del propio elaborador. Cada vez tienes que tener una tecnología mejor en tu bodega para no tener que corregir de manera artificial nada de lo que te da la uva de manera natural. En eso innovamos. Pero hay otras cosas, que jamás van a dejar de hacerse ‘como siempre’, y hablo de la vendimia manual. Prácticamente en toda España está extendida la vendimia automatizada. Y aquí no hay ninguna bodega que vendimie con vendimiadora.Tenemos microparcelas donde a veces hasta es complicado que entre hasta un tractor. Entonces bueno, la artesanía va en la propia la vendimia. Ni queremos, ni podemos hacerlo de otra forma. Es nuestra esencia.
Finalmente, ¿cómo ve el futuro de la D.O. Valdeorras en los próximos años y qué legado le gustaría dejar?
El futuro es complejo, pero lo que está claro es que debemos continuar por la senda de la calidad, de lo diferencial y lo propio. Está claro que hay que estar enfocados al mercado y a lo que te van demandando los nuevos consumidores de vino, pero siempre con los pies en el suelo y sabiendo de dónde venimos. Y qué es lo que nos puede diferenciar en el mercado cada vez más global y exigente. Lo que tiene que hacer un consejo regulador es intentar unificar el sector y ser la correa de transmisión de cómo quiere ser. Cómo queremos ser.
Yo creo que intento transmitir lo que el grupo mayoritario, un grupo muy grande de bodegas de Valdeorras, estamos intentando hacer. Es decir, apostar por la calidad y por diferenciarnos y por lo nuestro. Yo estoy de paso. Esto no es un cargo vital, ni mucho menos. Sí que tienes que intentar ser lo suficientemente hábil como para entender qué es lo que quiere el sector, porque tú no puedes ir contra lo que quiere la mayoría de viticultores y bodegueros. Creo que tenemos un grupo muy unido, en este caso de bodegueros y representantes de viticultores, que tenemos claro que Valdeorras tiene que ser la champions del godello. Tiene que ser la champions de la mencía. Al final, esto es muy banal, pero se trata de dinero. Es decir, el viticultor tiene que cobrar las uvas a un precio para poder vivir dignamente de ello y el bodeguero tiene que hacer números a final de año para poder mantener la empresa y poder seguir adelante.
Entonces, creemos, desde el grupo que estamos en el pleno del consejo regulador, que la calidad es lo único que nos va hacer crecer. En las bodegas las inversiones son todas a largo plazo. Pues aquí, en el consejo regulador, igual. Es decir, no puedes ser cortoplacista. A veces por tomar un atajo, uno se equivoca. Podríamos haber aumentado los rendimientos por hectárea, podríamos haber crecido de manera desmesurada, pero yo creo que esa no es nuestra idea. Nuestra idea es hacer las cosas bien, cada año mejor, pues siempre hay que mejorar. La idea es hacer vinos de calidad, enfocarnos en la calidad siempre.