REGULACIÓN DE LAS ZONAS VITÍCOLAS HISTÓRICAS

En España existen actualmente casi 150 zonas vitícolas reguladas bajo diferentes protecciones con Denominación de Origen, Indicación Geográfica Protegida, Vinos de Calidad y Vinos de Pago. De todas estas regiones la mayoría son Denominaciones de Origen, en total 97. Mucho llovió desde el famoso Estatuto del Vino del año 1932 precedido por la Real Orden del año 1897. Por el camino han quedado algunas zonas vitícolas tradicionales, han aparecido otras nuevas, menguado otras y crecido muchas, sobre todo en los últimos 30 años.

Actualmente la regulación de las zonas vitivinícolas se hace con arreglo a una serie de normas y leyes básicas establecidas por la Unión Europea, atendiendo a una serie de directivas que poco a poco nos igualan a otras zonas europea. Aunque el modelo básico viene ya de serie luego están las particularidades de cada comunidad autónoma y de como cada denominación de origen pone en valor sus peculiaridades o singularidades.

España es el tercer productor de vino y posee la mayor extensión de viñedo del mundo, con una superficie cultivada de 1.140.000 hectáreas. Un tercio de esa producción corresponde a vinos de calidad. Se exportan cada año unos diez millones y medio de hectolitros de vinos y mostos, y aun así hay grandes excedentes.

Desde tiempos remotos el vino ha sido alimento, medicina, moneda de cambio y motivo de intercambio comercial entre pueblos. Atendiendo a su calidad y facilidad para ser transportado su precio y aceptación podía ser mayor o menor.

La regulación de las zonas vitivinícolas tiene que ver con el interés de las zonas productoras para ser protegidas y establecer un hecho diferencial que permita vivir de dicho producto con seguridad. Surge cuando hay peligro de que el vino de un determinado lugar sea adulterado, manipulado o suplantado, amén de otros factores que tienen que ver con la competencia y el enriquecimiento fácil.

Históricamente hablando la Península Ibérica es, en términos generales, un lugar apto para la producción de vinos de calidad y en este ámbito geográfico han surgido numerosos pueblos que particularmente han dependido total o parcialmente de la producción vinícola a lo largo de los siglos. En este contexto peninsular desde el siglo I hasta el VIII serán los pueblos mediterráneos los que que acapararán la producción comercial de vino. En su relación con  Roma, desde el Cap de Creus hasta el Cabo de Sao Vicente, se establecerá en estos siglos un comercio vinícola intenso y comercialmente favorable a las ciudades y villas asentadas en esta franja costera. Aunque anteriormente tanto griegos como fenicios y cartaginenses sentaron las bases, fué Roma la que estableció una forma de explotación basada en las villae, una forma de hacer vino y una forma de comercialización que sentará un precedente del que se beneficiarán los pueblos germánicos llegados a la península con el fin del Imperio Romano. La Edad Media va a ser una época de grandes cambios, el fin de una organización imperial y la aparición de otros pueblos que recogerán la organización establecida. El primer Reino medieval de Europa es la antigua Galicia, en la que se establecerá el pueblo Suevo entre el año 409 y 586, que respectará y protegerá la producción de vino, que en esta época tendrá consideración de moneda de cambio y un gran valor social, sobre todo para consumo de las élites eclesiásticas y laicas, tal como se recoge en el concilio de Braga. Los visigodos que establecieron su capital primero en Tolosa y más tarde en Toledo crean medidas protectoras para la actividad agrícola y el vino. En el año 714 con la entrada del Islam en la península y su dominio de casi todo el territorio ibérico, tan solo al antigua Galicia, con capital en Braga, se mantiene fuera del dominio musulmán, y por tanto seguirá con el cultivo de la vid para la elaboración de vino y su comercialización, que se verá reforzada con la aparición del supuesto sepulcro del apóstol Santiago “el Mayor” y el fenómeno de la peregrinación a Compostela. A partir de este momento el viejo reino de Galicia se convertirá en la principal potencia ibérica en la producción de vino, destacando los vinos de la Castela Auriense, Milmanda y Ourense, vinculados al actual territorio del Ribeiro. Al calor del Camino de Santiago y a medida que se van reconquistando tierras al Islam, en el resto de los reinos penínsulares se irán plantando viñedos y aparecerán las primeras protecciones y regulaciones.

En el siglo XI ya son frecuentes las donaciones y menciones a la viña y al vino en los reinos cristianos.

 

PRIMERAS REGULACIONES MEDIEVALES CON CARÁCTER LEGAL Y ADMINISTRATIVO

Que alguno de los más importantes documentos y actividad vitivinícola tenga lugar en Galicia durante toda la Edad Media y Edad Moderna no es casual, quizás para muchas personas del resto de la península Ibérica hoy en día les resulte curioso o anecdótico, pero debido a la gran documentación y al trabajo de un grupo de historiadores e investigadores como la doctora Ana María Medina, Huetz de Lemps, Isolina Rionegro, Anselmo López, David Chao, Sobrado Pérez, Clodio González, Luis Domínguez Castro, Xosé Carlos Sierra, Elisa Ferreira, Juan Juega Puig, etc hay una garantía científica relevante de la importancia y notoriedad que tuvieron los vinos de Galicia entre el siglo IX y XIX a nivel internacional, y particularmente de la denominación de origen Ribeiro.

Es necesario pensar que entre los  s.IX y XIV Galicia fue uno de los reinos más ricos e ilustrados de Europa, tal como se recoge en el Codex Calixtinus. En este ambiente de cultura y prosperidad nacerá un grupo de notarios o registradores que trabajaran para el rey, para los concellos o para la nobleza laica y eclesiástica. A este hecho hay que añadir el poder religioso y la aparición de nuevas órdenes religiosas que ampliaran y potenciarán el cultivo del vino. Este tipo de registros laicos y eclesiásticos son fundamentales para conocer la importancia de la viña y del vino, y su regulación.

Las primeras regulaciones en los reinos cristianos tienen que ver con los fueros reales y el crecimiento de las villas y ciudades. El ejemplo del Foro de Ribadavia del año 1164 con relación al viñedo y al vino es aclaratorio de la importancia que el vino tenía en aquel entonces en esta villa, capital del Ribeiro, y su importancia comercial. En esa época todos los estamentos religiosos, la realeza y la nobleza gallega poseían viñedo y bodega en este término, que abastecía a Santiago de Compostela de un vino de calidad. Las donaciones reales y la presión de la iglesia compostelana por poseer viñedos y bodegas en esta zona es constante. La propia catedral compostelana se hará con un vasto territorio de viñedo y bodegas en Ribadavia y su comarca que será el más importante de su historia. Tanto los monasterios compostelanos como del resto de Galicia establecerán sus viñedos y bodegas en la comarca del Ribeiro con inusitada fuerza.

EL TUMBO DE LAS VIÑAS DE RIBADAVIA

Es uno de los documentos más interesantes de la península Ibérica relacionados con el viñedo y la producción de vino. Se trata de un pergamino con más de 2´18 m de largo y 16 cm de ancho. Es uno de los primeros documentos escritos en idioma romance (gallego) en la Península Ibérica y data del año 1180 a 1230. Su particularidad e importancia radica en dos aspectos, por un lado el lingüístico y por otro el vitivinícola. En este documento real mandado redactar por Alfonso VIII de  Galicia y IX de León, se da cuenta del ámbito geográfico o demarcación vitivinícola de una comarca  en plena producción en aquel entonces, el territorio de Ribadavia, el actual Ribeiro. La amplitud de datos relativos a viñas, bodegas y propietarios, con detalles de topónimos, linderos y ubicación, solo se explica si tenemos en cuenta que en esta época Ribadavia y su comarca son el gran viñedo comercial de la península Ibérica.

 

DEMARCACIÓN DE UN TERRITORIO. VIÑEDOS SINGULARES

Podemos asegurar con toda certeza que este documento es un registro oficial detallado del ámbito geográfico de la actual comarca del Ribeiro en el siglo XII, cuya extensión en aquel tiempo es parecida a la actual, quizás algo más amplia entonces, ya que incluyen parroquias y lugares de los vecinos concellos de Arbo y Crecente de la actual provincia de Pontevedra que actualmente no figuran en la D.O.Ribeiro.

En este sentido destaca el nombre del viñedo, de su poseedor y la zona de ubicación, son viñas que con la legislación española actual y si la denominación de origen del Ribeiro quisiera podría incluir como Viñedos Singulares.

REGISTRO DE VIÑEDOS Y LEGALIDAD DOCUMENTAL

La importancia del viñedo en la Edad Media y Edad Moderna queda de manifiesto en el registro de viñas por parte de los registradores municipales o reales. De esta forma encontramos que entre el siglo XIII y XV la figura de escribano o notario que estará al servicio de los concejos, de la monarquía y  del clero propiciará la constatación documental de la propiedad y de su propietario. En Galicia, el concepto de poseer tierras ancla su origen en el tiempo de los castros, es difícil encontrar a un gallego que no posea tierras o casas, ya que para los pobladores de este antiguo reino la tierra fue siempre la base fundamental de su economía y del crecimiento y prosperidad de sus gentes.

La viña será el bien más codiciado y su ubicación en ciertas comarcas como la del Ribeiro es fundamental para entender el origen del notariado en España. Un estudio de la Universidad de Oviedo aclara que el origen de los notarios en España tiene lugar en Ribadavia, comienza en el siglo XII y se consolida a mediados del s.XIII durante el reinado de Alfonso X “el Sabio”. En dicha investigación la villa de Ribadavia con un sistema de viñedo y producción de vino plenamente consolidado y en continuo auge posee un grupo de escribanos municipales que redactan numerosos documentos de cambios, compras o donaciones fundamentalmente de viñedos y bodegas.

He aquí como la viña adquiere una importancia capital y su valor propicia que aparezcan los primeros escribanos vinculados a las regiones vitivinícolas más avanzadas en aquel entonces.

A partir del siglo XIV y XV este tipo de prácticas notariales con respecto a la propiedad y particularmente al viñedo van a consolidarse en otras localidades de los reinos cristianos peninsulares.

Que Galicia haya tenido la oportunidad de consolidarse como una referencia histórica vitivinícola durante los últimos 1000 años y su comercialización en los mercados internacionales se lo debe fundamentalmente al vino de Ribadavia y Ourense (Ribeiro). Su importancia tiene que ver con su buen comportamiento para viajar, basado en la mezcla de variedades de uva que equilibraban y estabilizaban de forma natural sus características físicas. La historiadora Elisa Ferreira se refiere al Ribeiro como “una insignia de poder”, lo que provocaba que todo noble que se precisase debia de tener sus propias viñas en esta comarca para suministrarse el ansiado producto.

EL NUEVO MUNDO Y EL CRECIMIENTO DE LA PRODUCCIÓN VITIVINÍCOLA

A partir del siglo XV cobra importancia el nuevo escenario y las nuevas potencias que crecen y se relacionan en el ámbito Atlántico, y Galicia de forma natural estaba conectada exclusivamente por la costa con el resto del mundo. Hasta principios del s.XX que se llevan a cabo los nuevos viales y conexiones con la meseta castellana, los gallegos van a tener en sus puertos el mejor lugar para comercializar y relacionarse con los pueblos atlánticos y con el nuevo mundo. Las oportunidades de crecimiento y prosperidad vienen del Atlántico, de la relación con cántabros, vascones, asturianos, portugueses, franceses, ingleses, escoceses, irlandeses, alemanes, etc son un factor decisivo en el crecimiento de la economía gallega, cuyo producto más valorado son los vinos de Ribadavia y Ourense.

En el año 1492 con el descubrimiento de América se abre un nuevo horizonte, el Atlántico se convertirá en la autopista al nuevo mundo y el Ribeiro quedará registrado en la historia como el primer vino en llegar a América de la mano de Cristobal Colón (Testimonio de Salaya- Archivo de Simancas). Se abre un nuevo escenario comienza la Edad Moderna y se incrementa el tráfico comercial, los vinos del Ribeiro, Jerez, Canarias, Lisboa, Sevilla, etc cobrarán cada vez más importancia en este tránsito comercial y aparecerán nuevos actores en la producción vinícola.

En este tiempo el vino de Ribadavia sigue siendo uno de los principales de Europa, y junto con los vinos de franceses, alemanes y portugueses, uno de los más demandados, y objeto de fraude y adulteración en puertos y ciudades, por lo que el Concello de Ribadavia, que venía regulando su producción y comercialización desde el s.XII con numerosas ordenanzas y normas, decide establecer una normativa definitiva, las Ordenanzas de Ribadavia del año 1579.

EL CONSEJO REGULADOR MÁS ANTIGUO DE ESPAÑA.

La Oficina Mundial Propiedad Intelectual (WIPO en inglés) reconoce a las ordenanzas de Ribadavia del año 1579 como el documento más antiguo de regulación de una zona vitivinícola en España. Dichas ordenanzas depositadas en el Ministerio de Agricultura español son toda una declaración legal de regulación de la viña y del vino, de su calidad y de su comercio. Toda una serie de lugares donde la viña tiene preferencia, viñedos singulares proveedores de los mejores vinos del momento. Todo queda establecido para que nada altere la calidad del vino.

La regulación es el resultado de una necesidad de protección, cuando por su calidad y aceptación comercial un vino es susceptible de ser copiado, sustituido o adulterado surge esa necesidad.

A partir del siglo XVII los vinos castellanos, portugueses, andaluces, catalanes y valencianos comenzaran a posicionarse y la producción en estas regiones vivirá una gran expansión debido al comercio con América, a la creciente población en las ciudades, la mejora en el tráfico marítimo y los beneficios fiscales y aduaneros que la corte española propicia en los puertos de Castilla y Aragón.

Entre los siglos XVII y XX el viñedo se extenderá por buena parte de la meseta alcanzando un gran desarrollo durante el siglo XX en lugares como la Mancha, considerada la mayor superficie de viñedo del mundo, en el catastro de la Ensenada de 1752 la vid apenas suponía un 3% de la estructura agraria de lugares tan importantes hoy en día como Alcazar de San Juán.  El crecimiento de la superficie de viñedo en la Mancha entre 1857 y 1987 fue de un 404% , y en más de un 800% en la provincia de Ciudad Real, debido a diferentes factores que condicionaron la apuesta por el viñedo en detrimento  del cereal y otros cultivos.

En otras regiones como Euskadi, Castilla, La Rioja y Navarra el viñedo se expandío de forma gradual desde la Edad Media hasta el siglo XX, beneficiandose igual que en el resto de los reinos cristianos de los fueros reales y cartas puebla, asi como por la intención de la nobleza religiosa de tener tierras de cultivo dedicadas al vino, tanto para consumo propio como para la liturgía, la realidad es que el vino de estos lugares no empezará a tener presencia comercial destacada en los puertos cantabros hasta el siglo XVI aunque sin lograr imponerse a otros vinos de mayor consideración y precio como son los de Ribadavia o Burdeos. En las 5 villas se protegerá la cosecha local, poniendo restricciones a los vinos foraneos, pero la realidad es otra y el consumidor en el siglo XVI y XVII prefiere los vinos del Ribeiro, los portugueses o de Burdeos. En Logroño, Haro, Estella, Tudela o Laguardía se intentará proteguer la producción local y la elaboración de un vino de calidad, con diferentes normativas, pero no será hasta el año 1902 cuando se inicie la elaboración de una normativa legal para posibilitar la futura denominación, definiéndose lo que se entendía por «origen» para su posterior aplicación a los vinos de Rioja.

En la Ribera del Duero actual cabe destacar como documento más notorio las Normas de la Vendimia de Roa y su comarca de  1295, la reina Dª Violante, viuda del rey Alfonso X,  declaró y firmó la solemne Sentencia Arbitral, con el fin de arreglar diferencias que había entre los vecinos de Roa y sus aldeas sobre la construcción de las murallas y la cerca de la villa y además sobre el modo de vendimiar y pastar los ganados en las viñas.

En la región del Douro portugués es necesario mencionar la gran labor que tuvo el Marques de Pombal en la regulación del vino de Porto y su comercialización. En 1756 impuso el control estatal del comercio del vino de Porto mediante la creación de una empresa, la Companhia Geral da Agricultura das Vinhas do Alto Douro (más tarde conocida como la Real Companhia o Companhia Velha), que tenía el monopolio del comercio con Inglaterra y Brasil, así como de la producción y comercialización de alcohol vínico en el norte de Portugal. Ese mismo año fue demarcada el área vitivinícola para la producción de vino de Oporto. Sus límites fueron señalados con 335 pilares de piedra, conocidos como «marcos pombalinos”. Se trata de uno de los documentos más notorios e interesantes de protección de un territorio vitivinícola que soportaba una gran demanda y era motivo de adulteración y fraude. Sin lugar a dudas uno de los grandes reglamentos históricos del mundo.

En definitiva podemos considerar que durante la Edad Media y Edad Moderna se produjo el despegue del viñedo en toda la península Ibérica que facilitaría la expansión comercial de numerosos pueblos, villas y ciudades, destacando la importancia comercial de los vinos de Ribadavia (Ribeiro), Lisboa, Porto, Jerez, Canarias, Madeira, Huelva, Esquivias, San Martín de Valdeiglesias, Toro, Alella, Alanís… De la importancia del viñedo y del vino en la sociedad de entonces se derivó un ordenamiento, protección y regulación que constituyen la base de las denominaciónes de origen vitivinícolas actuales.  De aquellos polvos estos lodos.

Antonio Míguez Amil.

Investigador, viticultor.