CECRV CONTRASTA VISIONES SOBRE LAS INDICACIONES GEOGRÁFICAS EN EUROPA Y EN AMÉRICA LATINA EN EL CONGRESO MUNDIAL DE LA OIV

La Conferencia Española de Consejos Reguladores Vitivinícolas (CECRV), la asociación que representa a las denominaciones de origen de vino españolas, reunió a representantes de indicaciones geográficas, bodegas y entidades europeas y latinoamericanas en la mesa redonda “Indicaciones geográficas de vinos: cruce de miradas entre Europa y América Latina”, organizada por CECRV en el marco del Congreso Mundial de la OIV, el 7 de junio. El propósito de esta mesa de diálogo, conocer las diferentes ópticas con las que se perciben las figuras de calidad vitivinícolas y su potencial en países como Argentina, Chile, Brasil o México.  

La Conferencia Española de Consejos Reguladores Vitivinícolas (CECRV) congregó el 7 de junio, en el Palacio de Congresos de Cádiz, a representantes de grupos bodegueros, instituciones y denominaciones de origen europeas y latinoamericanas acreditados en el Congreso Mundial de la OIV (Organización Internacional de la Viña y el Vino) para dialogar y debatir sobre las diferencias que presenta el modelo y los sistemas de indicaciones geográficas en Europa y en Latinoamérica. El objetivo, conocer las diferentes miradas que desde ambos lados del Atlántico se cruzan sobre las indicaciones geográficas, apuntar las perspectivas de desarrollo de las indicaciones geográficas en determinados mercados latinoamericanos y conocer los aceleradores y los frenos que lo condicionan.

La mesa redonda, que llevaba por título “Indicaciones geográficas de vinos: cruce de miradas entre Europa y América Latina”, contó con un panel formado por profesionales del sector del vino y de las indicaciones geográficas de amplia y reconocida trayectoria en diferentes ámbitos sectoriales: Pedro Rebuelta González, vicepresidente y consejero ejecutivo de González Byass, grupo que posee bodegas en diferentes denominaciones de origen españolas −Jerez, Rioja, Rías Baixas, Penedés y Rueda-, así como bodegas y viñedos en las regiones de Casablanca y Colchagua, en Chile; Ricardo Fernández Núñez, propietario de Vinos de la Luz, grupo que cuenta con bodegas en Ribera del Duero y en Cigales (España), en la región argentina de Mendoza, en la Toscana italiana, en el distrito de Bucha (Ucrania) y en California (EE.UU.); Alberto Ribeiro de Almeida, coordinador jurídico del IVDP (Instituto dos Vinhos do Douro e do Porto) y presidente del grupo DROCON (Derecho e Información al Consumidor) de la OIV (Organización Internacional de la Viña y el Vino); y Josefina Moreno García, coordinadora de actividades en México y Centroamérica del proyecto IP Key América Latina, de EUIPO (Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea), proyecto tiene por objetivo una mejor protección de las indicaciones geográficas y acompañar la adopción de políticas de indicaciones geográficas en toda la región de América Latina. Presentó y moderó el coordinador general de CECRV, Jesús Mora Cayetano.

Fueron tres los bloques abordados. El primero de ellos se centró en la concepción que de las indicaciones geográficas se tiene en países latinoamericanos. Entre las diferentes consideraciones puestas en común por los ponentes, cabe destacar que el número de indicaciones geográficas está creciendo significativamente en países como Chile, Brasil o México, que cada vez tienen mayor notoriedad, algo que revela el hecho de que haya más normativa de protección y control de las mismas, y que los productores están mucho más convencidos del valor que aporta el concepto de indicación geográfica a su producto. También se ha destacado como, de la mano de las figuras de calidad, surge y se desarrolla el enoturismo.

En segundo lugar, en relación a los aceleradores y los frenos que condicionan, para bien y para mal, el desarrollo de las indicaciones geográficas en Latinoamérica en comparación con el que gozan en la Unión Europea, se dejó constancia de que, entre los aspectos que favorecen su desarrollo, está el creciente interés de los consumidores por el origen y la autenticidad de los productos que adquieren o la propia globalización, que ha evidenciado que, en un contexto de competencia global, las IIGG aportan una ventaja competitiva y ayudan a los productores a vender más y mejor. Respecto a las barreras, los ponentes consideraron que el cumplimiento de las normas, la organización de los productores para configurar agrupaciones y la creación de normas que garanticen los controles sobre el producto y sobre los operadores serían algunos de los frenos que más dificultades plantean para el desarrollo de las IIGG. De cualquier modo, todos han destacado que los beneficios que reporta la creación de una indicación geográfica compensan con mucho esas dificultades.

La mesa redonda se cerró con algunas apreciaciones sobre el posible recorrido futuro de las indicaciones geográficas en los principales países vitivinícolas de Centroamérica y de América del Sur. Así, se puso de manifiesto que el concepto de indicación geográfica tiene un futuro prometedor. Destacaron además que la estrategia seguida por la Unión Europea con la firma de acuerdos comerciales y/o de reconocimiento mutuo en los que la protección de las IIGG es una línea roja ha permitido que las indicaciones geográficas crezcan a nivel internacional, incluyendo algunos de los principales mercados latinoamericanos. Con todo, los panelistas manifestaron que, para evitar que este desarrollo no se trunque es esencial que cada país adopte normativas de protección del origen acordes a sus particularidades.

A lo largo de todo el debate quedó muy clara la importancia de fortalecer el origen y de protegerlo en el sector del vino, tanto en países europeos, como latinoamericanos, destacando los beneficios que ello conlleva para la vertebración y la diferenciación de productos y productores y para los territorios de ambos lados del Atlántico.