Entrevista con Tim Atkin, Master of Wine británico

“Veremos un cambio hacia las llamadas uvas mediterráneas porque soportarán mejor el calentamiento global”

 

Tim Atkin hace gala durante la entrevista de su sentido del humor y bromea con la posibilidad de hacerse con un visado para poder vivir en España, un país del que se declara enamorado. Este Master of Wine británico se inició en el mundo del vino por casualidad, pero ahora asegura que no cambiaría su profesión por nada del mundo “porque, aunque no es lo que pensaban mis padres para mí, combina muchas de las cosas que me gustan como el vino y escribir”. Atkin, que vendrá por fin a tierras gallegas en el mes de mayo, nos habló en esta entrevista de los efectos del cambio climático en las viñas, la COVID y el momento que viven los vinos de España en el plano internacional.

 

¿Qué sensaciones ha tenido al volver a catar presencialmente después de las restricciones derivadas de la pandemia?

Fue maravilloso volver a viajar. De hecho, mi visita a Rioja fue mi tercer viaje a España del verano y otoño de 2021, tras unas vacaciones en Cataluña y después de dos semanas en la Ribera del Duero. Creo que antes de la pandemia probablemente pasaba demasiado tiempo fuera del Reino Unido, pero aún así echaba mucho de menos esa faceta de mi trabajo durante el cierre. Estos días estoy intentando ser un poco más selectivo y centrarme en las zonas que son importantes para mí. Las catas en persona y las visitas a los viñedos son una parte vital de mi trabajo. Las llamadas con ‘zoom’ son mucho menos divertidas.

Uno de los efectos de la COVID 19 es la pérdida del gusto y olfato, imagino que para un profesional como usted esto podría ser un drama, ¿no?

Sí, sería horrible. Yo vivo por/para mi paladar. Conozco personas que perdieron el olfato por culpa del COVID y se asustaron mucho, aunque en la mayoría de los casos parece haber vuelto. De hecho, tuve el virus en una forma muy leve a principios del verano pasado y no perdí (gracias a Dios) el sentido del olfato. Pero fue en un momento en el que estaba escribiendo un informe y no probando muestras, así que me tomé el tiempo necesario para descansar y recuperarme.

Acaba de estar 19 días en La Rioja, ¿qué conclusiones ha sacado de su estancia, qué sensaciones se ha llevado de este viaje?

Bueno, mis conclusiones están en mi informe, que tiene casi 70.000 palabras, así que es difícil que pueda resumir lo que pienso en pocas palabras. Pero, en general, creo que Rioja está en un buen momento, al menos en la gama alta. Sigue vendiendo demasiados vinos demasiado baratos, pero los mejores tintos y blancos son cada vez más interesantes. También disfruté visitando nuevos viñedos plantados en altura para mitigar los efectos del cambio climático y varios proyectos más pequeños dirigidos por enólogos más jóvenes. En general, fue un viaje muy emocionante.

En la publicación Rioja 2022 Special Report ha valorado 964 vinos de Rioja por encima de los 90 puntos y hasta 110 con 95 puntos o más, ¿qué cualidades destacaría de estos vinos?

Hay tantos estilos que es difícil generalizar. Pero lo que busco por encima de todo es el equilibrio y, en muchos casos, una sensación de lugar, más que un simple reflejo del tiempo en barricas de roble. Creo que vale la pena añadir que me gusta mucho la añada 2019.

Creo que en este viaje ha catado más de 1.400 vinos. ¿Cómo encara el día a día de una cata masiva como lo fue esta?

Es agotador, así que tengo que estar en buena forma. Me aseguro de dormir mucho y de beber mucha agua. Suelo empezar a catar a las nueve de la mañana y terminar sobre las siete de la tarde, con un descanso para comer. La gente cree que catar vino es una fiesta, pero es exigente, tanto física como intelectualmente. Pero por eso me encanta. Nunca sabes cuándo vas a descubrir algo nuevo y emocionante.

Ya en el plano personal, me gustaría saber de dónde le vino su afición por el mundo del vino

Llegué a este mundo por casualidad. Quería ser periodista después de terminar la universidad y alguien me ofreció un trabajo en una revista de vinos. Fue un golpe de suerte, porque es un mundo perfecto para mí ya que combina muchas cosas que me gustan. Nunca quise tener lo que mis padres llamarían «un trabajo de verdad o como dios manda», y prácticamente lo he conseguido. Al principio lo que me interesaba era escribir más que el vino, pero ahora son las dos cosas.

¿Qué fue lo que le decidió a hacerse Master of Wine, una titulación tan difícil de conseguir y bastante costosa?

Una vez le preguntaron a un montañista por qué quería subir al Everest y dijo «porque está ahí». Supongo que lo veía como un reto y me gustan los retos. También soy una de esas personas un poco extrañas que disfruta con los exámenes/pruebas. Es un examen difícil, sí, pero no es imposible. Es un Instituto del que estoy orgulloso de formar parte.

¿Qué tipo de vinos le gustan a Tim Atkin cuando no está trabajando?

Tengo gustos muy amplios. Bebo vinos de todo el mundo, pero tengo un amor especial por los vinos de Argentina, Chile, Francia, Alemania, Grecia, Italia, España y Sudáfrica. Me inclino por los tintos y los blancos con frescura, los que mejor combinan con la gastronomía.

¿Los vinos españoles son conocidos entre los británicos?

Sí, aunque la atención se centra en los vinos más baratos. Creo que eso está empezando a cambiar con una nueva generación de sumilleres y consumidores, que reconocen la diversidad del panorama vinícola español. La variedad es tan emocionante como en Francia o Italia.

¿España vive un buen momento?

Sí, está en un muy buen momento, aunque no lo parezca desde dentro. A España a veces le falta un poco de autoestima, y creo que parte de mi trabajo es decir «estos vinos son realmente especiales, deberíais valorarlos más».

¿Qué tipo de características buscan sus compatriotas en un vino?

Creo que depende del consumidor. El mercado de masas no quiere lo mismo que el de vinos finos. Pero si tengo que generalizar, diría que hay ciertas tendencias que vale la pena mencionar, especialmente los orgánicos y un movimiento hacia vinos más ligeros y con menos roble. También hay un creciente interés por los vinos de baja intervención, que algunos llaman «naturales».

¿Como experto catador ha empezado a notar los efectos del cambio climático en algunas variedades?

Sí, Merlot, Pinot Noir y Tempranillo en particular. En el futuro, creo que veremos un cambio hacia las llamadas uvas mediterráneas, que tienen niveles más altos de acidez natural y pueden soportar mejor nuestro planeta más cálido. También creo que los viñedos se desarrollarán o volverán a desarrollarse a mayor altura y en laderas orientadas al norte.

Creo que es un enamorado de los vinos argentinos, menos conocidos en nuestro país que los chilenos. ¿Qué nos puede contar de ellos?

De nuevo, es un gran lugar. Pero lo que hace que Argentina sea tan interesante, aparte de su uva emblemática, que es el Malbec, es su enorme variedad de climas, tipos de suelo, variedades de uva y estilos. Argentina es una tierra de inmigrantes, así que tiene un poco de todo, de Italia, España y Francia. Lo que más aportamos los británicos fueron las líneas de ferrocarril, más que todo lo relacionado con el vino. Es un lugar que me encanta, lleno de pasión, humor, música y buena carne.

Y ya por último, James Rhodes, británico como usted y conocido pianista, es un enamorado de Galicia en general y de los vinos gallegos en particular. ¿Qué conoce usted de los vinos de Galicia?

La respuesta es que no lo suficiente, por lo que volveré a la región durante diez días en mayo. Ha pasado mucho tiempo. Cuando estuve en Madrid en el Salón Peñín el año pasado, fui a un restaurante madrileño que sólo servía vinos gallegos con unos amigos y me encantó la carta. Entre nosotros debimos probar una docena de botellas. Para mí, Galicia es una de las zonas más apasionantes de España.

¿Hay alguna denominación de origen que le interese especialmente?

Si te refieres a Galicia, yo diría que Ribeira Sacra , Valdeorras, y Rías Baixas. En otros lugares, me entusiasma especialmente lo que ocurre en Rioja y Ribera del Duero, así como en Gredos y Canarias.

¿Cuándo podremos verlo por estas tierras?

Estaré en Galicia en el mes de mayo y volveré a la Ribera del Duero en junio. Si le soy sincero, me gustaría mucho vivir en España, ¿cree que debería solicitar un pasaporte?