La Ribeira Sacra, situada entre el sur de la Provincia de Lugo y el norte de Ourense, ocupa unos 700 kilómetros y se caracteriza por una naturaleza, en ocasiones, extrema pero espectacular, definida por los cañones del Sil que se extienden más de 35 kilómetros. Es habitual disfrutarla desde catamaranes que recorren el río donde se pueden observar los característicos viñedos en terrazas a ambos lados del río. No obstante, la Ribeira Sacra es algo más; razón por la cual queremos proponer otra forma de conocer y disfrutar de esta zona de Galicia.
Este territorio representa en Galicia la mística que define parte de la idiosincrasia gallega mostrándonos su “sacralidad”. Popularmente conocida por su orografía de viñedos en terrazas sobre el río, la Ribeira Sacra no se ciñe solamente a esta peculiar disposición de las viñas; por lo que vamos a descubrir otras opciones para disfrutar de esta región. En concreto, proponemos el arte como vehículo a través de la ruta del románico que discurre por el municipio de Pantón, situado en la provincia de Lugo. Este es uno de los cuatro ayuntamientos junto con A Peroxa, Nogueira de Ramuín y Carballedo que encajan al pueblo de Os Peares donde se unen el Miño y el Sil y que tanto definen La Ribeira Sacra.
Durante este recorrido a través del románico gallego visitaremos el monasterio de Ferreira de Pantón, la iglesia de San Miguel de Eiré, la iglesia de Santo Estevo de Atán, el monasterio de San Vicente de Pombeiro y la iglesia San Fiz de Cangas. Los monasterios de esta zona fueron en su mayoría fundados en el siglo VI, aunque la gran parte de lo que ahora se ve corresponde al trecho que va desde el año 1000 a 1300, época de esplendor románico. La primera parada será el convento cisterciense de Santa María de Ferreira, fundado en 1108 y situado a 300 metros del núcleo urbano de Ferreira, todavía habitado por una pequeña comunidad de monjas y que ofrece servicio de hospedería. Destaca el claustro del siglo XVI, las chimeneas y la iglesia. Esta última, de gran sencillez arquitectónica, fue declarada monumento nacional en 1975 y contiene un artesonado mudéjar y una talla medieval de la Virgen con el Niño. Además, son interesantes los dos sepulcros góticos que se conservan en el interior del templo y que corresponden a Diego de Lemos y Lope de Lemos, señores de Sober y Amarante. El monasterio está abierto al público todos los días hasta las siete de la tarde.
Siguiendo nuestra ruta, la segunda parada será la iglesia de San Miguel de Eiré, que perteneció a un monasterio benedictino fundado en el siglo XII. En 1964 fue declarada monumento nacional y destaca por una fisionomía prácticamente cuadrada, con una torre-mirador rectangular. En su interior, se pueden admirar algunas pinturas del siglo XVI y su pantocrátor que es la representación del Salvador sentado, bendiciendo y encuadrado en una curva en forma de almendra. No tiene horario de visitas ni guías. En tercer lugar, situada en el margen izquierdo del río Miño, en la parroquia de Atán, se encuentra la Iglesia de Santo Estevo. Esta edificación que perteneció a un cenobio del siglo VIII, formaba parte del convento fundado por el obispo Odoario de Lugo y fue declarada monumento nacional en 1975. Duramente castigado durante las incursiones musulmanas, fue reconstruido entre los Siglos XII y XIII. Cuenta con una sola nave con cubierta a dos aguas, mientras que el ábside rectangular está cerrado por una bóveda de cañón. Sus celosías prerrománicas son lo más característico del templo. En este paraje hubo un cenobio templario aunque ya no se conservan restos. Las visitas de forma individual son complicadas ya que se encuentra cerrada habitualmente.
A continuación, nos detendremos en el monasterio de San Vicente de Pombeiro, ubicado en el margen derecho del río Sil, fue construido en el siglo XII pero tuvo numerosas reformas posteriores. Como es habitual en muchas otras iglesias de la zona, esta iglesia formó parte en el siglo X de un monasterio del que hoy ya no quedan más que algunas huellas. Destaca su torre circular acabada en un campanario cuadrado. Su planta es basilical y la cabecera posee tres ábsides semicirculares; mientras que en el interior, cuenta con retablos renacentistas y barrocos así como con restos de pinturas murales del siglo XV. Esta iglesia está habitualmente cerrada al público. Como última visita en esta ruta a través del románico en la Ribeira Sacra, en el entorno de Ferreira de Pantón, se encuentra la iglesia de San Fiz de Cangas. Fue construida entre los siglos XI y XIII como templo de un convento de monjas benedictinas. En el siglo XVII se practicaron algunas reformas como el derribo del ábside lateral izquierdo y en su lugar se añadió la capilla de Torrenovais, que alberga el sepulcro de don Rodrigo López de Quiroga. Pero desde muchos siglos antes, en la época visigoda, este emplazamiento ya acogía un monasterio. La estructura arquitectónica de esta construcción es muy original. Destaca tanto la original espadaña como la portada occidental, con arquivolta apuntada y dentada, en la que se representan diferentes motivos: el sol, la luna, una cruz griega, una estrella de ocho puntas y unos rectángulos concéntricos. Para su visita hay que preguntar con antelación a los encargados de turismo del Concello de Pantón.
No se puede entender la Ribeira Sacra dejando de lado su espectacular paisaje por lo que propondremos una ruta a pie en este entorno natural de gran belleza. Se trata de una senda que discurre a través de un bosque de árboles autóctonos (carballos y castaños) que nos lleva hasta una de las cascadas más bonitas de Galicia, en el concello de Pantón, parroquia de Marce. Se trata de un trayecto lineal de unos 4,5 Km y de dificultad media. Este camino se mantuvo cerrado durante muchos años hasta que en el año 2000 consiguieron recuperarlo. El inicio de esta ruta está bien señalizado en la carretera. Se iniciará bajando por un camino bastante ancho, en ciertas zonas empedrado, enmarcado por árboles autóctonos. A lo largo del camino observaremos restos de socalcos (terrazas escalonadas) donde se cultivaron antiguos viñedos y que ahora se encuentran abandonados e invadidos por la vegetación del bosque. Seguimos caminando y llegamos a una construcción de dos plantas que luce abandonada a un lado del camino y que sabemos que antaño fue una bodega. A pocos metros de esta construcción, a 1 Km del inicio del recorrido, hay una bifurcación donde unos carteles nos hacen elegir entre continuar el camino a la Cascada de Augacaída (Fervenza de Augacaída) o hacia el Castro de Marce.
En primer lugar, seguimos la indicación que nos lleva a la Cascada de Augacaída por una senda un tanto estrecha (posteriormente volveremos a este cruce de caminos y elegiremos el Castro de Marce). Las vistas realmente valen la pena ya que desde el camino se puede ver el impresionante río Miño y en la orilla de enfrente divisaremos Chouzán. Desde el año 2017 el Concello de Pantón, con financiación de la Diputación de Lugo, llevó a cabo unas obras para acondicionar varios tramos de esta ruta de senderismo de la Ribeira Sacra. Con este fin se construyeron unas pasarelas de madera y unos escalones para hacer más accesible el recorrido. Una vez superados los últimos escalones aparecerá la cascada de Augacaída, que forma el arroyo de Aguianza y desembocará en el imponente río Miño.
En segundo lugar y tras volver al cruce de caminos donde se situaba la bifurcación elegiremos el camino que nos dirija hasta el Castro de Marce. Se inicia a través de un sendero muy fácil de transitar. Atravesamos un bosque de alcornoques y con numerosas rocas, las cuales debieron formar parte de los muros y viviendas del castro. El bosque de alcornoques llega hasta las orillas del río Miño. El sendero asciende hasta la parte más alta del Castro, situado sobre un grupo de rocas conocidas con el nombre de Regata do Inferno. El Castro alcanza una altitud de unos 200 metros sobre el nivel del río Miño. Gracias a su situación, desde el Castro se podía vigilar el puerto de Chouzán y el embarcadero llamado, según los documentos medievales, Porto Monsulio. En este muelle, antes de la creación de los embalses, se encontraba la barca de paso de Chouzán, una embarcación tradicional de la Ribeira Sacra que permitía el traslado de personas y animales de una orilla del río a la otra. En el Ecomuseo de Arxeriz podemos contemplar una de estas barcas de paso.
Es difícil entender la Ribeira Sacra sin la fusión del arte y la naturaleza añadiendo el ingrediente de sacralidad que le aporta un atractivo diferencial. En esta ruta de senderismo y arte que hemos propuesto por el concello de Pantón, la línea que divide la realidad y la leyenda es muy débil. Su historia y la de sus habitantes está rodeada de un aura de misterio que lo hace mágico; fiel reflejo de ello es la leyenda de los “xacios”, seres mitad hombre mitad pez, que según la leyenda popular habitaban en el río Miño