Entrevista a Abraham Quintas, propietario vinoteca Templum Sensibus

“La mayoría de los vinos que elijo son de pequeños productores que trabajan en ecológico o en producción integrada”

 

Cuando en 2015 Abraham Quintas abrió su vinoteca en Salvaterra do Miño (Rúa Galicia, 5) tenía claro el concepto de negocio que quería desarrollar. Siete años después, su “Templum Sensibus” se ha convertido en un referente para numerosos amantes del vino que se desplazan desde diferentes localidades gallegas para probar algunas de las referencias que ofrece este local del que todos hablan maravillas.  Disfrutar de vinos diferentes, acompañados por algunas de las delicatessen que también nos ofrece Abraham, es un plan más que recomendable para cualquier época del año.

 

¿Cómo surgió la vinoteca Templum Sensibus, qué le animó a ponerla en marcha?

En 2009 estuve trabajando en una bodega en la elaboración de vinos y cuando acabé me puse a hacer otras actividades que no tenían nada que ver con este sector. Y más tarde, debido a diferentes circunstancias, pensé que era necesario crear un punto donde ofrecer al cliente una amplia gama de vinos de diferentes regiones y eso había que acompañarlo de productos gourmet y de proximidad. Así que me decidí a poner en marcha esta vinoteca en 2015 en Salvaterra, porque en la zona no había nada similar.

Han pasado siete años desde esos inicios, ¿cómo le ha ido?

La verdad es que detrás de la vinoteca hay un importante trabajo de base porque el 95% de los vinos que se pueden probar en Templum Sensibus no son conocidos, ni usuales, ni mucho menos. Iniciar una actividad como esta con 24 años y que confíen en ti para que les aconsejes no era una tarea fácil, pero cuando ven que respondes, que les recomiendas algo y les gusta, al final sí que te ganas la confianza del cliente, que es la base del negocio. Para mí es importante que puedan saborear y conocer vinos diferentes y por eso tengo una gran selección para probar por copa.

¿Cuántas referencias de vinos diferentes nos podemos encontrar en su vinoteca y cómo los elige?

En total tendré unas quinientas y pico referencias diferentes. La selección la voy haciendo en función de todo lo que voy probando, lo que más me gusta, porque hay vinos que vienen y van, hay cosechas que se acaban… En general se trata de elegir aquellos vinos que te emocionan y los proyectos que más encajan en tu filosofía de trabajo. Si buscas pequeños productores, la mayoría que trabaje en ecológico o en producción integrada, al final te haces con una cartera de producto adaptada a tu gusto. Y esto lo consigues a base de probar, de conocer gente, de recomendaciones que te hacen… Hoy en día tenemos la suerte de que en Galicia hay muy buenos productores en esa línea que yo busco, que lo que quieren es defender la tierra, exportando las características que definen ese “terroir”. Y un buen ejemplo de esto es que antes se hacían muchos plurivarietales y ahora los vinos suelen ser monovarietales, en la línea francesa de que el vino refleje la tipología específica de cada zona, expresar a través de una variedad de uva lo que es un territorio.

Además de probar un vino, Templum Sensibus también tiene una parte gastronómica

Es lo que siempre quise, por eso desde el primer momento ofrecimos vinos por copa y una selección de productos para acompañarlos con ensaladas, tostas, tablas de quesos nacionales y de importación, embutidos… Todo lo que hay en tienda se puede probar.

¿Cómo consiguió sobrevivir durante el confinamiento?

La verdad es que no fue fácil, sobre todo porque nos pilló después de Navidades y había comprado mucho producto ya que en las fiestas las ventas habían sido muy buenas.  Al final, lo que tenía que haber vendido en la vinoteca durante los meses de febrero, marzo y abril al no poder hacerlo de forma “normal”, hicimos lotes semanales con ofertas muy atractivas para nuestros clientes y funcionó muy bien, la respuesta fue excelente y hubo muchos envíos a nivel nacional. No dejé de trabajar en ningún momento.

¿Los gallegos somos clientes que nos dejamos aconsejar con facilidad?

Hay un amplio espectro de personas que piensan que lo saben todo y algunos de ellos consideran que en cuestión de tintos sólo existen tres tipos de vinos: Mencía, Rioja y Ribera. Así que si tienes la suerte de que un cliente vuelva al local varias veces, al final llega un momento que se deja llevar y accede a probar algo nuevo.

¿Hay algún vino o algún elaborador que le haya llamado especialmente la atención en estos años?

Hay vinos que son emocionantes y depende también mucho del momento en el que lo tomes. Si hablamos de elaboradores, hay algunos gallegos que me gustan mucho.

¿Qué horario tiene la vinoteca?

Trabajamos de miércoles a domingo de 11:00 a 14:00 horas y de 19:00 horas al cierre, que pueden ser las 12 o la una. Lo cierto es que cuando mejor trabajamos es por la tarde, cuando la gente sale de trabajar y le apetece disfrutar con su pareja o amigos de un buen vino.

Entiendo que con las más de 500 referencias que tiene, muchas más no lo caben en el local

Tengo un problema importante de espacio y eso me impide exponer en la vinoteca todo el vino que tengo. Y hablar de cambio de local, por ahora no me lo planteo ya que la vinoteca actual ya está en un establecimiento más grande del que tenía al principio. Aún así, siempre estoy abierto a comprar más referencias y eso es algo que pasa cuando realmente sientes pasión por tu trabajo. Siempre quieres sorprender al cliente y eso se convierte en un inmovilizado enorme, pero también en un tesoro.

¿En qué vinos están creciendo más?

A nivel internacional estamos incorporando bastantes cosas, aunque nunca le he dado más importancia a los vinos de fuera que a los gallegos. Pero si nosotros queremos salir fuera y que nos conozcan en otros países, también es importante que nosotros probemos lo que hacen fuera de nuestras fronteras. Conocer otras variedades y otras formas de elaboración, enriquece.

¿Cuál es el vino más exótico que nos podemos encontrar en su vinoteca?

No sé, hay varios. Se me ocurre, por ejemplo, un vino dulce neozelandés que se llama  The Ned Noble Sauvignon Blanc que llega hasta aquí a través de un importador  de salmón. También me gustaría destacar UNA, una malvasía italiana con una elaboración rebuscada. Se trata de un vino de la región Emilia Romagna  procedente de un viñedo de 0.5 hectáreas pegado a un río. Esta uva se infecta de botrytis cinérea todos los años y el año que la botrytis no es noble, no se elabora. Es un vino aromáticamente único, muy complejo. Sólo se deja un racimo por cepa, vamos, una exquisitez.