Castro de Santa Tegra

La población prerromana en Galicia

A partir del siglo VII a.C. en Galicia proliferan los Castros, poblados fortificados con forma circular con viviendas en las que convivían hombres y animales. Rodeados de terraplenes y fosos se ubican en lugares estratégicos y en penínsulas costeras que facilitaban su defensa. Es por este motivo por el que la mayoría de los que se conservan hoy ofrecen vistas espectaculares. En su interior, las viviendas de piedra, con planta circular y techos de paja, se distribuían en barrios separados por calles y plazas. Además, los castros gallegos tienen una dimensión mágica, ya que al estar en zonas altas se creía que facilitaban el contacto con el más allá.

Se han localizado restos de casi 5.000 citanias (ciudades fortificadas de los pueblos prerromanos del noroeste de la península ibérica), lo que demuestra el éxito de este tipo de poblaciones que llegaron a convivir con el período de dominación romana. En Galicia hay cientos de castros al descubierto ubicados en sus 4 provincias. En Pontevedra, destacan: el Castro de Santa Tegra en el municipio de A Guarda, el Castro do Facho de Donón en Cangas o el Castro de Vigo; en Lugo se ubican el Castro de Viladonga, el castro da Torre de Sobredo (Folgoso do Courel) y el castro Candaz en Belesar; en A Coruña se encuentran los Castros de Baroña, el de Elviña de Borneiro y el de Deixón. Finalmente, en Ourense se encuentran el Castro de Mao en Celanova, el de San Cibrán de Lás y el de Santomé. Estos son solo algunos ejemplos de los castros más importantes de Galicia por su tamaño, historia, ubicación o estado de conservación. A continuación, iremos provincia por provincia detallando algunas características de ellos.

 

Pontevedra

En esta provincia destaca el castro de Santa Trega, en A Guarda, uno de los más grandes y mejor conservados con unas impresionantes vistas de la desembocadura del río Miño, entre España y Portugal. Está formado por viviendas ovaladas pero también las hay rectangulares por influencia de los romanos. Llegó a acoger a unas 5000 personas en su época de mayor esplendor en el siglo I a.C.  y está declarado Monumento Histórico Artístico.

En la zona del Morrazo, concretamente en Hío (Cangas) se ubica el Castro do Facho de Donón. Este es un yacimiento galaico romano que consta de un poblado fortificado que subsistirá hasta el siglo I a.C. De él se conservan parte de las murallas, el foso y las piedras que conformaban sus viviendas y que hoy cubre la topografía actual del monte. Es peculiar porque en este asentamiento se encuentran 161 altares que podrían relacionarse con rituales de sacrificio a distintas divinidades.

Por último, en la ciudad de Vigo destaca el yacimiento arqueológico de El Castro que data de los siglos II a.C. Posee 1300 m2 con 45 edificaciones de planta circular y cuadrada. La musealización del recinto permite conocer cómo vivían los antiguos vigueses antes de la dominación romana e incluye la reconstrucción de 3 edificaciones castreñas.

Lugo

El Castro de Viladonga, cerca de la ciudad de Lugo y construido en plena romanización, es uno de los mejor conservados de toda Galicia. Fue declarado Bien de Intéres Cultural por la Xunta de Galicia en 2009. Tiene varias murallas y fosos que albergan 2 antecastros y una amplia croa central. Las viviendas, corrales y almacenes se articulan en barrios en torno a dos calles principales y consta de un camino paralelo a la muralla principal. Cuenta con su propio museo, aunque las piezas más importantes que se han encontrado están en el Museo Provincial de Lugo.

El Castro de Torre de Sobredo fue construido en el siglo I d.C sobre la orilla derecha del río Lor en el municipio de O Courel. Una de sus mayores peculiaridades es que fue edificado mayoritariamente con losas de pizarra, tanto en las construcciones del interior del castro como en sus 2 líneas de muralla.

El Castro de Santa María de Cervantes se encuentra al oeste de la Sierra de los Ancares, a 12 kilómetros de la ciudad de San Román de Cervantes. Su situación en la cuenca alta del río Navia, rica en recursos auríferos, es lo que explica la ocupación de este territorio desde la época romana. Parte de los elementos de delimitación del castro, en concreto los fosos, fueron ejecutados aprovechando la fuerza hidráulica proporcionada por los canales de agua que se dirigen a las minas de oro mencionadas. Aunque está solo parcialmente excavado, merece una visita. Se documentaron 23 construcciones de uso doméstico. En su entorno hay otros monumentos interesantes ya de época medieval una necrópolis y una iglesia construidas sobre el recinto del castro.

Castro de Viladonga

A Coruña

El Castro de Cidá de Borneiro, en Cabana de Bergantiños, fue el primer castro gallego en ser científicamente fechado con el método del carbono 14 y, aunque sus dimensiones son reducidas, se encuentra en buen estado de conservación. Estuvo habitado entre los siglos VI a.C. y I d.C. Descubierto en 1924 y con sucesivos trabajos de excavación fue en 1980  cuando se producen la gran mayoría de trabajos arqueológicos. En la actualidad presenta excavadas las tres cuartas partes del recinto principal y un total de 43 construcciones. Todavía conserva los restos de una muralla defensiva. Este castro tiene el atractivo añadido de encontrarse muy cerca del dolmén de Dombate, uno de los más carismáticos de Galicia.

El castro de Baroña perteneciente al enclave de Porto do Son es un asentamiento que data de la Edad de Hierro.  Estuvo habitado desde el siglo I a.C. hasta el siglo I d.C. Su descubrimiento data de del año 1933 y tuvo una importante restauración en 2012 que le devolvió parcialmente a su estado original. Está ubicado  en una pequeña península rocosa, separada de la tierra por un itsmo de arena. Se conservan diferentes muros defensivos, escaleras que sirvieron de entrada al poblado así como construcciones con forma de elipse y circulares que servían de viviendas familiares. Durante la excavación se encontraron numerosas herramientas de pesca e indicios de que allí se desarrollaron actividades relacionadas con la metalurgia y la minería.

El Castro de Elviña está situado en el entorno del campus universitario de A Zapateira en la ciudad de A Coruña. No está completamente excavado pero permite conocer de cerca la cultura castreña. Estuvo habitado entre el siglo III a.C. y el siglo IV d. C. El recinto consta de 3 espacios amurallados. La zona más elevada está rodeada de una muralla de 4 metros de altura  y en su interior se agrupan las pequeñas construcciones Las terrazas inferiores constan de pequeñas murallas y de un pozo-aljibe. Está declarado Bien de Interés Cultural.

Ourense

El castro de Castromao se sitúa en un monte a unos 2 kilómetros de la villa de Celanova. Data de la Edad de Hierro, desde los siglos VI o V a. C. hasta el II d.C. Presenta 70 estructuras ocupacionales, estructuras defensivas tales como la muralla e incluso parte de una calle enlosada. En las excavaciones arqueológicas se encontraron piezas singulares como el trisquel calado de Castroamao o una figura zoomorfa que se encuentran en el Museo Provincial de Ourense.

El Castro de San Cibrao de Las está ubicado en la comarca de O Carballiño entre los ayuntamientos de San Amaro y Punxín. Se sitúa en una zona elevada dominando la cuenca del río Barbantiño, muy cerca de la confluencia con el Miño. Es el castro con más superficie excavada de Galicia, fue habitado desde el siglo II a.C. y el II d.C. Su extensión, la monumentalidad de sus fortificaciones y su incipiente organización urbana hace que este castro sea único en Galicia. Desde mayo de 2022, una recreación en 3D elaborada por el Centro Infográfico Avanzado  de Galicia muestra con gran detalle cómo era este asentamiento orensano hace 2200 años.

El Castro de Santomé está ubicado en el ayuntamiento de Pereiro de Aguiar a 3 kilómetros de Ourense. Su situación privilegiada sobre el río Loña (que actuaría como un elemento defensivo más del castro) proporciona una espléndida vista sobre la ciudad. Data del siglo II a.C. aunque su ocupación se produce hasta el siglo IV d.C  lo que evidencia la convivencia de la cultura castreña con la población romana. Consta de restos de edificaciones circulares y se puede apreciar la base de una torre de vigilancia. También se conservan aproximadamente  30 metros del trazado original de una calzada romana.

Estos son solamente un ejemplo de algunas citanias que se encuentran a lo largo de toda la geografía gallega. La mayoría de estos asentamientos tienen características comunes debido a que su origen se remonta a la Edad de Bronce (S. VIII a. C.). Será en la Edad de Hierro cuando alcancen su mayor desarrollo y adopten un carácter más defensivo utilizando la piedra para la construcción. Con la llegada de los romanos (S.I d.C.) algunos de estos pueblos del noroeste son abandonados pero otros van sufriendo transformaciones evidenciando la coexistencia con el período de dominación romana.