Entrevista con Manuel Docampo, propietario de Leive Ecoadega

“Cultivar en ecológico en Galicia no es rentable económicamente, pero nosotros defendemos otros valores”

 

Manuel Docampo forma parte de una familia dedicada desde hace más de un centenar de años a la elaboración de vino en el Ribeiro, pero fue su madre la que decidió darle un nuevo rumbo al proyecto y cambiar el modelo de viticultura tradicional por el ecológico. Una decisión arriesgada, como señala Manuel, pero que les ha permitido diferenciarse de otras empresas, darles un valor añadido a sus productos y practicar una actividad 100% sostenible. Cuando uno prueba sus vinos entiende la razón de su   gran número de incondicionales.

 

La suya es la tercera generación de una bodega familiar

Bueno, la tercera generación que elabora vino en esta misma casa, en esta bodega porque en realidad habría que remontarse bastante más atrás en el tiempo para datar la vinculación de mi familia con el mundo del vino.

¿Y cuándo decidieron elaborar en ecológico?

Es un tema con el que empezó mi madre, que era la que estaba más mentalizada y convencida de que había que iniciar todo este proceso de certificado en ecológico. Eso fue en el año 2010.

¿Qué implica para una bodega esta certificación?

Básicamente implica que no se puede utilizar ningún tipo de sustancias de las que se consideran prohibidas y que de alguna manera estén dañando la salud de las personas o la salud vegetal, o al planeta, en definitiva. Eso conlleva muchas restricciones en cuanto a los tratamientos que podemos utilizar en la viña y también en cuanto a la vinificación.

¿Siendo Galicia una tierra de minifundio, no dificulta esto el cultivo en ecológico?

Es muy difícil, sí. Por un lado, está la climatología de Galicia que es ideal para la proliferación de hongos, especialmente donde estamos nosotros en el Ribeiro, que es la provincia de Ourense, donde hay un clima bastante continental, pero donde llueve más que en otras zonas. Ese grado de humedad, especialmente en la primavera en los meses de abril, mayo y junio, propicia la aparición de hongos y especialmente del Mildiu que viene todos los años y nos lleva parte de la cosecha. Y después también influye que esta Denominación de Origen sea una zona muy intensiva en el cultivo de la vid. Como bien dices aquí el minifundio es el rey, estamos rodeados de otros viñedos de vecinos que cultivan en convencional, sulfatan con tractor y provocan que haya una difusión de los aerosoles que nos supone un grave problema para la certificación en ecológico, lo que nos obliga a estar siempre alerta. En fin, que no es fácil, que hay muchas complicaciones en este sentido.

Pese a todo, mantienen la certificación

Sí, y en estos momentos somos la única bodega de la Denominación de Origen Ribeiro que estamos también en el Consello Regulador de la Agricultura Ecológica de Galicia. Es cierto que es muy complicado por las razones que exponía antes y si lo ves desde un punto de vista económico y empresarial, me refiero a la rentabilidad, obviamente esto no funciona. Nuestro proceso de aprendizaje, además, es duro porque somos los únicos que lo estamos haciendo en esta D.O., con todas las peculiaridades que tiene este agujero que es el Ribeiro con una climatología que complica todavía más este cultivo. Pero nosotros tenemos otros valores y la salud del consumidor y la salud del planeta nos parecen más importantes que la rentabilidad, para nosotros esto está fuera de toda discusión, no vale hacer dinero a cualquier precio.

¿A qué se refiere cuando habla de un proceso de aprendizaje?

La agricultura ecológica pasa por una fase en la que las propias plantas tienen que hacerse resistentes, lo cual es muy duro. El proceso de aprendizaje de cómo tenemos que cultivarlas, de cómo tenemos que podarlas o de cómo tenemos que hacerle limpieza de hojas y la carga productiva que debe de tener cada planta para adaptarse a nuestras condiciones, nos supone un proceso de pérdidas importante. Pero creemos que tenemos que marcar ese camino para los que vengan después.

Imagino que el cambio climático no ayuda nada a este tipo de cultivo

El cambio climático nos afecta a todos. Y esta primavera, por ejemplo, desde mayo a junio prácticamente hubo tormentas muy puntuales, de unos diez minutos, casi todos los días. Y esto unido a temperaturas más elevadas de lo que solía ser normal en esta época ha sido una conjunción fatal, no sólo para nosotros que trabajamos en ecológico, también para los que trabajan en convencional. El hecho de que nosotros no podamos utilizar sulfatos sistémicos y que tengamos que defendernos con productos que se lavan cada vez que llueve, imagínate lo que supone.  Por poner algún ejemplo, en Galicia estamos pasando del “orvallo” a estas lluvias puntuales y torrenciales, lo que también provoca que las vendimias sean cada vez más tempranas. Los que nos dedicamos a trabajar en la tierra estamos percibiendo claramente este cambio climático y no nos queda otra que adaptarnos a lo que va viniendo, a estas consecuencias.

¿Estamos a mediados de agosto, han empezado ya a vendimiar?

Algunos han empezado, pero muy poquitos, quizás de forma puntual algunas variedades. El grueso de la vendimia en esta zona vendrá en la primera semana de septiembre.

¿Cuántos vinos de Leive hay ahora mismo en el mercado?

Tenemos cinco referencias: un monovarietal Treixadura, que es la variedad reina de esta D.O.; un multivarietal que lleva Treixadura, Albariño y Loureiro; un blanco envejecido en barrica y un tinto, “Preto de Leive”, que también es multivarietal con variedades autóctonas de la zona. Y por último, tenemos un tostado, un vino que se hace con uva pasificada.

¿El tostado, una elaboración propia del Ribeiro, lo elaboran todos los años?

Hasta ahora, pero creo que ya estamos en el momento en que sí podemos decir que saldrá cada año. Este sistema de elaboración no es exclusivo del Ribeiro, yo lo he encontrado en otras zonas de España y también en Portugal. En Galicia no es habitual porque tenemos el problema del clima. Nosotros empezamos la vendimia por las uvas que van para el tostado a principios de septiembre, que van a estar colgadas en la sala de pasificación sin ningún medio que retire la humedad del ambiente, que aquí es muy elevada en invierno y claro, las uvas tienden a coger moho. Hay que ir uva a uva quitando la parte mala en un proceso casi de cirugía porque no se puede arrancar directamente, sino que hay que cortarlo por el cuello de la uva. Es una elaboración complicada.

¿Hay un sello Leive que una todas estas elaboraciones a priori tan diferentes?

Hay varios, de hecho, siempre bromeamos con que los “leiverianos” siempre identifican nuestros vinos. Tienen un nivel de sulfuroso reducido, con un cierto punto de color, que no afecta al sabor ni a los aromas, de oxidación muy ligera. Por otro lado, son vinos con una acidez bastante baja y después también tienen otra serie de características que son difíciles de describir pero que se pueden apreciar perfectamente en el aroma y en el paladar.

¿Cree que los consumidores en España valoran más un vino que haya sido cultivado en ecológico?

Los españoles se empiezan a preocupar por este tema, pero es un proceso muy muy lento. Estamos muy lejos de otros países europeos. El valor que aporta a mayores un vino ecológico todavía no es algo generalizado, aprecian un vino por sus cualidades, independientemente de como haya sido el proceso de llegar a la botella.

¿Quiénes son sus compradores habituales?

Fundamentalmente nuestros compradores están en Galicia, fuera de aquí es muy difícil encontrar nuestros vinos, Somos una bodega pequeña y estamos abiertos a salir, claro que sí, pero somos agricultores y a la parte de comercialización le falta mucho trabajo.