Entrevista con Francisco Santiso, exportador y responsable de Singular Galician Cellars

“A día de hoy los vinos gallegos están viviendo un momento muy dulce a nivel internacional”

Comenzó su vinculación con el mundo del vino trabajando para la Cámara de Comercio en Estados Unidos y facilitando agenda y contactos a las bodegas gallegas. Ahora, y desde hace ya varios años, es responsable de Singular Galician Cellars, una asociación reconvertida en empresa que Francisco Santiso (A Coruña, 1978) gestiona de forma personal y que le ha dado numerosas satisfacciones. Como responsable de exportación de cinco bodegas “singulares” de Galicia, Santiso conoce perfectamente las tendencias del mercado y cuáles son los puntos fuertes de nuestros vinos. Desde Taiwan a Reino Unido pasando por Singapur, la Unión Europea o Estados Unidos, el responsable de Singular asegura que el corte de nuestros blancos y tintos “responde a la perfección a la demanda actual de los consumidores de frescura, acidez y elegancia”. De todo ello nos habla en esta nueva entrevista en Cepas y Vinos.

 

¿Cómo empezó a trabajar en este sector?

Empecé en 2006 en Estados Unidos porque trabajaba para la Cámara de Comercio ayudando a las empresas a exportar o a entrar en el mercado americano. Ahí comencé a trabajar con muchas bodegas, preparándoles agenda, organizándoles reuniones, conociendo a importadores americanos… Ese fue mi primer contacto con el sector y después me llegó la oferta de una bodega gallega, me volví para España y empecé a trabajar primero con esa bodega, a la que se unió otra, y otra. Paralelamente ayudé a montar el proyecto de Singular Galicia Cellars. Y ahora todo mi trabajo gira alrededor de este mundo, desde comprar vinos para una empresa noruega hasta ayudar a vender.

¿Cuántos vinos gallegos representa Singular?

Seguimos estando las mismas cinco bodegas que empezaron en Singular cuando este proyecto era una asociación, una asociación que sigue estando ahí de forma latente, pero en realidad mi trabajo es ejercer como Export Manager de las bodegas. Las cinco bodegas son dos de la Ribeira Sacra, una de Valdeorras, una de Ribeiro y una de Rías Baixas.

¿Y dónde se venden mejor estos “vinos singulares”, en Estados Unidos?

No, donde mejor se venden es en Reino Unido, aunque también vendemos a Estados Unidos, claro. Entre las cinco bodegas vendemos a una veintena de países.

¿Por su experiencia, cuáles son las cualidades de los vinos de Galicia más apreciadas en el exterior?

A día de hoy, el vino gallego está viviendo su momento dulce. Rías Baixas se vende muy bien gracias al Albariño y los godellos están dejando al mundo impresionado con el primer vino gallego galardonado con 100 puntos… Lo que más les gusta de nuestro vino, que además es la tendencia actual, es que se han abandonado esos vinos tan potentes, con mucho cuerpo, de gran graduación y ahora lo que buscan son vinos más elegantes, más ligeros, con más acidez, de cuerpos medios. En definitiva, vinos que se beben de forma más agradable. Son vinos de mucha calidad, las cosas se están haciendo bien y nuestras características tanto de “terroir” como de variedades responden a lo que se busca actualmente.

Hablamos de blancos, ¿y qué me dice de los tintos de Galicia, se conocen?

En Galicia y en el resto de España ya se está consumiendo bastante Mencía y los tintos gallegos, gracias a la avanzadilla de los blancos, se están empezando a conocer, cada vez la gente los pide más y hablo a nivel internacional. A mí cada vez me llama más gente pidiéndome referencias de vinos tintos gallegos.  Al igual que los blancos tienen unas características que gustan mucho: son afrutados, tienen cuerpos medios y son más ligeros y sutiles.

¿Cuál es el país que se ha incorporado recientemente al consumo de vinos españoles?

Lo de la exportación de vinos es algo muy curioso porque te puedes encontrar clientes de Singapur, Filipinas, Taiwán o Estonia a los que has contactado en alguna feria y quieren tus vinos. Evidentemente los grandes mercados para nuestros vinos siguen siendo Europa, Reino Unido y Estados Unidos.  A veces también cuenta el momento y la oportunidad, el estar en un sitio en el momento adecuado.

Antes hablamos de Albariño y Godello, ¿es cierto que el segundo le está comiendo el terreno a la variedad estrella de Rías Baixas?

Es cierto que en Galicia la Godello le está comiendo terreno a la variedad albariño quizás porque es una uva más golosa, con menor acidez y más amable de entrada en boca. Pero a nivel internacional no es así, el consumidor de fuera sigue conociendo y prefiriendo el albariño. También es verdad que ha bajado un poco el consumo y esto se debe, principalmente, a la subida de precios. Yo que trabajo para el importador de Noruega del que hablamos antes, y que tiene una cadena de restaurantes, vende mucho más Albariño que Godello y ahora estamos comprando menos, pero por el precio.

En Galicia, además de blancos y tintos, se elaboran espumosos, rosados e incluso tostados… ¿se conocen fuera?

Sí, ahora mismo en el mundo del vino todos quieren probar cosas diferentes, experimentar, jugar, ser sorprendidos. Y todo lo que tenga calidad y vaya en este sentido, puede tener encaje y recorrido en el mercado internacional.

Imagino que desde que empezó en este sector hasta ahora los consumidores internacionales ya saben ubicar Galicia en el mapa

Al público profesional no hay que explicárselo, pero cuando organizas algún evento para el público final, en general sí que hace falta todavía ubicar Galicia en el mapa de España.

¿Se han planteado incorporar más proyectos a Singular?

Desde que Singular dejó de funcionar como asociación porque ahora mismo el proyecto es Francisco Santiso, que soy yo y está totalmente cerrado a más incorporaciones. No busco más bodegas que las que ya están y que nacieron de esa primera selección cuando nació el proyecto y son similares en cuanto a volumen de producción y filosofía.

Su base de operaciones está en A Coruña, ¿esto le obliga a viajar la mayor parte del año?

Antes de la pandemia viajaba mucho más de lo que lo hago ahora. Las bodegas de Singular, por otra parte, son pequeñas con lo que el presupuesto para viajar es limitado y la pandemia, aunque fue muy mala, trajo cosas positivas como normalizar las reuniones por vídeo conferencia. El contacto con el cliente es ahora mayor por teléfono y/o ordenador lo que me permite viajar menos que antes.

Y hablando de la COVID, ¿fue muy duro sobrevivir a nivel empresarial a esos meses de incertidumbre?

La pandemia fue dura porque las bodegas pequeñas con proyectos especiales y diferentes no están en grandes superficies comerciales, dependen mucho de la hostelería y los restaurantes estaban cerrados. Fueron momentos muy complicados, pero sobrevivimos y los clientes que tenían tienda online experimentaron un crecimiento brutas de compras por internet.