Una mirada al pasado para afrontar el futuro

cepas-y-vinos-no13-portadaQue Galicia es tierra de buenos vinos es de todos sabido, pero que en el camino hemos llegado a perder parte de la esencia de la viticultura de la tierra, es algo innegable. Afortunadamente, desde hace varios años y gracias al trabajo de organismos como la Evega (Estación de Viticultura y Enología de Galicia) de la Xunta de Galicia, y la Misión Biológica de Galicia, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, esto está cambiando. También es muy destacable la labor que vienen realizando en la recuperación de variedades autóctonas tanto el Centro de Formación y Experimentación Agroforestal de Guísamo, como un grupo de profesionales entre los que se encuentran los que hoy protagonizan nuestro reportaje dedicado al Blanco Legítimo. Técnicos, bodegueros y amantes de la historia local se han unido para darle una nueva vida a especies olvidadas.

Su objetivo es claro, persiguen el sabor de la tierra, de un pasado que ahora vuelve con más fuerza que nunca y que nos ayuda a enriquecer aún más la gran variedad que tenemos en Galicia. Sensaciones únicas y sabores especiales que nos están convirtiendo en un referente para los amantes del buen vino en todo el mundo.

Estamos de moda, sí, y es la singularidad de nuestros vinos, tanto blancos como tintos, lo que nos ha permitido conquistar los paladares de los críticos más exigentes. Y es en esa vuelta hacia el pasado, hacia nuestra historia, donde hemos conseguido enriquecer nuestras viñas.

Aún queda mucho camino por recorrer, mucho por experimentar, muchas conversaciones por escuchar, pero el camino ya está trazado. Sería un error no continuar por la senda que nos han marcado los más sabios. Dicen que el tiempo pone a cada uno en su sitio y un buen ejemplo de ello lo tenemos en la viticultura. Variedades que en su día se sacrificaron en favor de la cantidad sobre la calidad, vuelvan ahora para indicarnos el camino del futuro.

Pero no sólo de variedades gallegas les hablamos en este número. Para la primera revista de 2016 hemos contado con experiencias tan exitosas como es el caso de Lagar de Sabariz. Nacida al margen de una Denominación de Origen, esta bodega ha conseguido situar su Pita Cega entre los mejores blancos de España. Firme defensora de la naturaleza y de su ritmo, Pilar Higuero, gallega nacida en Málaga, ha luchado contra viento y marea para que se reconozca el trabajo de los que, como ella, viven el vino de otra forma. Desde luego, a juzgar por todos los reconocimientos que ha conseguido en los últimos años, lo está logrando. También hemos hablado con los responsables de Tapias de Mariñán y Ángel Sequeiros, dos bodegas que se han hecho un nombre más allá de Galicia y cuyos responsables nos hablan de su historia y sus proyectos.

La vinoteca de este número la protagoniza Sandra Fuente y su singular templo del vino en Santiago de Compostela. La Flor, un local histórico de la capital gallega que en apenas seis años que ha convertido en un café/restaurante/vinoteca de referencia. De estética vintage, en La Flor conviven profesionales, estudiantes e intelectuales al calor de un buen vino.

Y para finalizar, el más «desconocido» de todos los personajes que conforman nuestra oferta de marzo: el cineasta gallego Dani de la Torre. Flamante ganador de dos premios Goya con su ópera primera «El Desconocido», De la Torre nos cuenta que lo suyo no son los vinos, sino los espumosos, de los que habla con pasión y con gusto. Buen conocedor de lo que se elabora en Galicia, estamos seguros de que habrá brindado con uno gallego en la gran noche del cine español, acompañado de su protagonista, Luis Tosar.