Bodega El Patito Feo

«Reconozco que me siento más ingeniero agrícola, más hombre del campo, que enólogo»

 

Está considerado como uno de los mejores enólogos gallegos, aunque él asegura que a las cosas que dicen de uno no hay que darles mucha importancia: “Mi mayor satisfacción es que mis clientes estén contentos con mi trabajo de asesoramiento, nada más”. Enamorado de la tradición y defensor de un proceso de elaboración “sin prisas”, Iván Vázquez Pateiro decidió hace tres años poner toda su experiencia e intuición en “El Patito Feo”, un proyecto personal que complementa el trabajo que realiza para otras bodegas del Ribeiro, Ribeira Sacra y Monterrei. Sus vinos, tanto el blanco como el tinto,  expresan la viña y se elaboran a fuego lento: “Buscamos emular lo que se hacía en el medievo, metiendo el vino en barrica o ánforas el tiempo que sea necesario para que esté óptimo, porque creemos que hay que darle tiempo a la viña y a la bodega para hacer los vinos con ‘castes” . A juzgar por las buenas críticas que ha recibido con “El Patito Feo”, no se equivoca.

 

Enólogo, profesor, elaborador… ¿Hay alguna faceta profesional que predomine sobre el resto?

Lo que más me define es el trabajo de asesor técnico, la bodega es un pequeño hobby. Me permite disfrutar y hacer un poco lo que yo quiero.

Dicen de usted que es uno de los grandes talentos de la enología gallega. ¿Qué tiene que decir al respecto?

Enólogos e ingenieros agrícolas hay muchos y muy buenos en toda Galicia. Quizás el hecho de llevar trabajando en Galicia dieciocho años pueda hacer que mi nombre suene a la gente, pero, insisto, en nuestra comunidad autónoma, por suerte, hay grandes enólogos.

Pertenece a una generación de técnicos gallegos, de entre 30 y 40 años, que está despuntando mucho en el panorama nacional.

Sí, creo que somos una generación bastante buena, pero es un arma de doble filo. Aunque creo que en Galicia no nos podemos quejar, pues estamos muy bien valorados y preparados, nos hemos acomodado demasiado. Desde el punto de vista técnico, nos queda la asignatura pendiente de dar un salto, explorar nuevos mercados, incluso fuera de España. 

¿De dónde le viene el amor por el mundo del vino?

De familia. Mi abuelo era viticultor, de los que elaboraba vino en cubas, en casa. Mi padre y mis tíos continuaron la tradición y mi madre trabajaba en un laboratorio de vinos. Así que yo tomé el relevo y decidí estudiar enología e ingeniería agrícola. A pesar de ello, a día de hoy reconozco que me siento más  ingeniero agrícola, más hombre del campo, que enólogo. 

En 2016 decidió lanzar su propia marca, “El Patito Feo”

Si, ese mismo año sacamos 2.666 botellas. Lo elaboré en una de las bodegas que asesoraba,  y un año después decidimos dar un paso adelante, tomarnos en serio esta historia. De esta forma, en el 2018 comenzamos con bodega propia.

¿Qué tiene El Patito Feo de Iván Vázquez?

Muchas cosas. Hacemos una selección muy importante en la viña, con uvas de más de treinta años, aunque también cogemos algunas que tienen cerca de quince y trabajamos con producciones  pequeñas. Y siempre teniendo clara nuestra filosofía: No meterle prisa al vino.  No tenemos prisa a la hora de vendimiar, ni para elaborar, ni para sacarlo al mercado. Cada cosa la hacemos en el momento que consideramos más apropiado.  Por eso buscamos esa maduración óptima, hacemos un trabajo en barrica y otra parte sobre lías, dándole el tiempo necesario para que ensamble todo. 

Para que te hagas una idea, el blanco lo sacamos al mercado al año siguiente de la vendimia, entre julio y agosto. En el caso del tinto, tardamos aún más. 

En alguna entrevista que dio en aquellos días hablaba de que buscaba un Ribeiro como los de antes. ¿A qué se refería?

A que expresen viña, sin prisas, como antiguamente.  Creo que hoy en día hay profesionales que abusan demasiado de la técnica. Nosotros buscamos vinos más personales y para eso se necesita tiempo. 

En el Ribeiro hubo una moda que pasaba por poner en el mercado en el mes diciembre el vino que se elaboraba en septiembre. Nosotros no queremos eso.  Buscamos emular lo que se hacía en el medievo: meter el vino en barrica o ánforas el tiempo que sea necesario para que esté óptimo.  Hay que darle tiempo a la viña y a la bodega para hacer los vinos con ‘castes. Vinos con mucho potencial aromático y de guarda, y sacarlos en el momento apropiado. 

En El Patito Feo casi no filtramos los vinos, dejamos que decanten, siguiendo lo que se hacía antiguamente cuando no había la tecnología que hay ahora para limpiar los vinos.

Es una forma de elaborar vinos muy romántica, nada comercial

Lo hacemos precisamente por eso. Aunque el grueso de mi trabajo es asesorar bodegas, no quiero perder el seguir haciendo estás pequeñas y especiales producciones. Vinos con crianzas en  barricas  o ánforas, con  ‘castes’ que tan pocos hacen en el Ribeiro. 

Descubrí que la gente buscaba un tipo de vino diferente, como este. Localicé un nicho de mercado cuando me titulé en ingeniería y, por eso, cuando monte la bodega dije: “Nuestro producto tiene que estar libre de presiones”.

¿El Patito Feo le ha dado más alegrías que quebraderos de cabeza?

Quebraderos ninguno, este trabajo me viene de familia, sabía a lo que le enfrentaba. Conozco el gremio.

Ya que me habla de vinos personales, diferentes y de que existe un nicho de mercado parea ellos, ¿en Galicia se nos está pasando la ‘riojitis’?

¡No es mala pregunta! Sí, sigue habiendo bastante ‘riojitis’, pero también se valoran mucho los blancos y tintos del Ribeiro, sobre todo después del gran “boom” que están viviendo estos vinos desde hace unos tres años para aquí. 

Cada vez hay más gente que te pregunta por los vinos de Ribeiro. Como dato anecdótico, yo elaboro cerca de 4.000 botellas del Patito Feo tinto, que es un Caiño Longo -Sousón en barrica, y más del 60% lo vendo fuera de Galicia. 

¿Cómo se prevé esta vendimia, que dicen que llega con menos producción?

En Galicia en general, y en el Ribeiro en particular, se viene una gran cosecha. Me atrevería a decir que mejor que la del año pasado. 

De hecho, la temporada pasada hubo mucho viticultor de horas que le afectó el mildiu. Así que este año, que no tuvimos ningún mal, ni Mildiu, ni pedrisco, la producción va a ser mejor tanto en calidad como en cantidad. 

La única nota negativa de este 2019 fue que en primavera no llovió mucho y las cepas nuevas se quejaron un poco. Y aunque aún es pronto, estoy casi seguro de que la de este año será una vendimia muy sana, adelantada con respecto a otros años.

¿Hay un sello, un perfile de vinos Iván Vázquez?

Arriesgarme. No echo herbicidas en la viña, ni hago tratamientos abusivos y pruebo cosas distintas en la vendimia. Cuando asesoro a bodegas, sigo la misma filosofía que con los tiempos: esperar. No obstante, no todas las bodegas son iguales, y por eso me tengo que adaptar  D.O. y a cada empresa. Siempre teniendo en cuenta a la hora de tomar decisiones, el tamaño, el volumen de elaboración y el tipo de uva. 

¿En qué denominaciones de origen gallegas trabaja?

En Ribeiro, en Ribeira Sacra, en Monterrei y en bodegas con la Identificación Xeográfica Protexida Baixo Miño.  

Llevo cinco años con el trabajo de asesor y no busco crecer más. Estoy muy contento con las bodegas que tengo, así que como mucho aceptaría algún trabajo más, pero en el Ribeiro o Monterrei. No quiero expandirme a otras denominaciones de origen y tiene un porqué:  Me gusta tener los viñedos a mano para poder atenderlos bien y todo lo que pase de una hora de coche es complicado.

¿Por qué los vinos gallegos están tan de moda?

De la Ribeira Sacra no puedo opinar con conocimiento de causa porque la bodega que asesoro es muy pequeñita y su comercialización es anecdótica.

En el caso de Monterrei sí que lo noto porque prácticamente de un año para otro se vende absolutamente todo lo que elaboramos, veo que es una D.O. que está creciendo mucho.

Y de Ribeiro qué decir, se están vendiendo muy bien. En los últimos tres o cuatro años, como te dije antes, he notado un gran cambio en positivo. A nivel España le hablas a la gente del Ribeiro y ya empieza a ubicarlo en el mapa, pero aún hay mucho trabajo que hacer porque yo creo que, en general, la gente  no saben la gran variedad de vinos que hay en esta zona. Poco a poco.

Y con 39 años no está un poco cansado de que le definan como promesa. En el fútbol ya estaría jubilado…

Jajaja, es cierto. Por eso te digo que lo de que me llamen promesa o que digan que soy un gran enólogo  para mí es algo secundario. A día de hoy yo estoy contento con lo que hago, y después de 18 años elaborando vinos creo que he alcanzado la madurez suficiente como para relativizar lo que digan. 

Lo que realmente me importa es estar contento con lo que hago y que las empresas con las que colaboro lo estén también conmigo. Conseguí mi estatus de tranquilidad y estoy contento con lo que tengo. Creo que todos somos importantes y cuanto mejores vinos hagan mis compañeros, mejor para todos porque si por ejemplo llegan a China con sus vinos, indirectamente vamos a llegar después nosotros. 

¿Cuál es el último vino o la última variedad que le ha sorprendido?

Probablemente una Loureira de una bodega portuguesa, un vino blanco en barrica sobre lías.