Entrevista con Roberto Regal, asesor enológico

“Me considero un enólogo social, una persona que le da importancia al factor humano, al territorio, y después de todo eso viene el vino”

Desde hace 22 años, Roberto Regal trabaja como asesor enológico, principalmente en Galicia y Asturias, asesorando a bodegueros que apuestan por elaborar vinos singulares y por recuperar variedades autóctonas. En su entrega por preservar el legado vitivinícola y cultural de los territorios y en su compromiso de dignificar el trabajo del viticultor, traza su trayectoria profesional. Con Enonatur, otro de sus proyectos, crea vinos únicos en A Ribeira Sacra para personas que desean tener un vino propio, protegiendo de forma sostenible viñedos en riesgo de abandono y preservando paisajes.

¿Cuál es el balance que podría hacer de su trayectoria como asesor enológico?

Más de veinte años trabajando con bodegas en Galicia y en Asturias me dieron además de una visión enológica, una visión cultural importante. De hecho, todos los proyectos con los que colaboro tienen en común que recuperan variedades propias del lugar. Asesoro a bodegas que apuestan no solo por la calidad, sino también por la identidad de esos vinos.

Poder ayudar en una pequeña parroquia, en un municipio, en una aldea, a que un bodeguero desarrolle un proyecto del cual vive, (y que lo hace de una forma muy loable con unos valores importantes), es una constante a lo largo de mi trayectoria. Me considero un enólogo social, una persona que le da importancia al factor humano, al territorio y después de todo eso viene el vino. No es una tarea fácil de desarrollar.

16 años al frente de ENONATUR. ¿En qué consiste su proyecto?

Es un proyecto que surgió como un modelo de negocio innovador en A Ribeira Sacra. En Enonatur creamos vinos únicos para personas que desean tener un vino propio de una finca exclusiva, cumpliendo su sueño. Vinos de calidad creados de forma natural y sostenible.

Con este proyecto el cliente tiene asegurada una creación inimitable. Se apadrina un viñedo, evitando su abandono. Se vinifica de forma independiente en la bodega y finalmente se entrega su vino con su identidad – packaging y marca -.

Nosotros ponemos todo a su disposición, de esta manera el cliente podrá contar con su propio vino singular sin necesidad de disponer de una bodega o de tener que cuidar el viñedo. Una experiencia vitivinícola única en la podrá ser partícipe en la medida que quiera, creando un vínculo poderoso con la tierra y contribuyendo a su preservación.

Así que, además de cumplir su sueño de tener un vino propio, el cliente puede participar en la experiencia, ¿algún valor añadido más?

La persona que elabora un vino con nosotros puede participar en el proceso en la medida que quiera y así obtener su propio conocimiento vitivinícola, además de obtener un vino saludable y de alta calidad. El hecho de hacerlo de una manera respetable con el entorno, de practicar una viticultura sana, regenerativa en el viñedo, trae consigo la obtención un vino muy exclusivo y singular que habla de cada micro paisaje que existe en A Ribeira Sacra.

También será partícipe del impacto que genera, ya que está contribuyendo a preservar pequeños viñedos que tienen riesgo de desaparecer, viñedos que innatamente tienen talento y que se ubican en sitios muy difíciles. A su vez, el propietario de ese vino está respaldando un proyecto que pone en valor el trabajo del viticultor, que sabe como nadie manejarse en una zona con todas las dificultades que presenta.

¿Hasta dónde llega el compromiso con el medio ambiente?

Preservar el paisaje y la biodiversidad a nivel de microorganimos del suelo, fauna y flora, siempre estuvo presente nuestro compromiso. La viticultura y la enología que se realiza en Enonatur es versátil, pero los denominadores comunes son el respeto por la tierra y la consecución de vinos singulares y de alta calidad. No utilizamos herbicidas y no abonamos en ningún caso con químicos. Realizamos prácticas en pro de la calidad y no de la cantidad.

¿Cómo se están valorando este este tipo de prácticas responsables?

Hay mucha gente con inquietud por el mundo del vino que quiere tener su propio vino y que también quiere tener algo diferente, exclusivo y que genere un impacto social y ecológico positivo.

Muchos de nuestros clientes crean vinos propios para sus empresas, espacios de restauración o para compartir con sus allegados, por ejemplo. Son apasionados de este sector y valoran este tipo de prácticas, saben que detrás de cada vino hay una trazabilidad y una historia que contar.

Por otra parte, A Ribeira Sacra es una zona que ahora está siendo muy reconocida por ser adecuada para hacer vinos singulares, la gente que la conoce y a la que de verdad le gusta el mundo del vino, sabe que el trato con este territorio tiene que ser de una manera determinada, preservando la biodiversidad que tiene el terruño.

¿Cómo ve el futuro en este sentido en a Ribeira Sacra?

Solo le veo futuro en este sentido. En la apuesta por la calidad, por la singularidad, en una apuesta en la que seamos capaces todos los productores de dibujar la zona con toda su heterogeneidad y riqueza, preservando el carácter.

 

 ¿Qué quiere decir con preservar el carácter?

Guardar el carácter significa que el vino pueda mostrarse tal y como es, realizando prácticas de preservación, de regeneración, donde no sepa igual un vino de una parroquia a un vino de otra parroquia. Conseguir vinos que saben al sitio de donde nacen. Todo esto hace que incremente su valor y también el valor del territorio.

 

Es necesaria la formación para llegar a ese futuro 

Totalmente, desde mi punto de vista tiene que haber una formación dirigida al ámbito profesional. Creo que es de vital importancia dotar al viticultor de herramientas que le ayuden a recobrar su estatus y poner al alcance de la gente joven la formación no solo vitivinícola, sino paisajística, arquitectónica… Para poder preservar y desarrollar el territorio es fundamental el conocimiento y el estudio, y a partir de ahí entenderlo, valorarlo y venderlo, haciendo que se genere una economía local significativa.

Los recursos están ahí y si la gente valorase el potencial que tiene todo esto, la transformación cultural sería enorme, ya no habría vuelta atrás. Es muy importante contar con profesionales que se incorporen a esta actividad, crear un tejido a nivel agroalimentario que fije población y que también atraiga un turismo de calidad que haga sostenible esta zona.

Consultor, viticultor, enólogo, empresario… ¿le queda algún campo por abarcar en su dilatada trayectoria?

Imparto formación técnica en el sector desde hace muchos años y en este momento como apuesta personal, estoy involucrado en iniciativas de educación para la integración social vitivinícola. En este sentido colaboro con Valores SC, institución de apoyo a personas en riesgo de exclusión social, enseñando a personas migrantes a trabajar en viña y en bodega a adquirir los conocimientos básicos para que puedan desarrollar este trabajo. Es una iniciativa que ofrece en muchos casos una salida profesional interesante.

Creo que la enseñanza es un factor clave para el desarrollo. Se crean oportunidades de futuro para muchas personas y se genera mano de obra cualificada, poniendo en valor el trabajo en este sector. Además, permite incorporar a profesionales y gente joven en el rural gallego, que es necesario.

Deduzco que el valor de lo ecológico, el factor humano y cultural son el hilo conductor que conforma su trayectoria vital y profesional. ¿de dónde le ha venido todo esto?

De lo que he vivido, de lo que vi a mi alrededor y aprendí de muchísima gente. De ser agradecido con mi pasado. Se lo debo a la lucha que emprendieron las personas para sacar adelante unas vidas en este territorio, de cómo en muchos casos se desarrollaron viticulturas de respeto y sin prisas, es decir, valorizando el saber hacer y no solo la parte económica.

Me gustaría que el futuro en Galicia fuese por la senda que debe ir, un futuro en el que se preserve su historia, la importancia secular de su vitivinicultura y me parece que, al ser consciente de todo eso, asumo la responsabilidad de contribuir a preservarlo. Hay mucha gente que ha conservado esto y no se puede ir de cualquier manera.