Entrevista Vicente Casas Cano, director comercial de Bodegas Guerra

“Los subsuelos del Bierzo son muy ricos en minerales y le aportan a la viña unas condiciones diferentes”

 

Vicente Casas Cano (Madrid, 1969) es, desde hace más de cinco años, el director comercial de una empresa del Bierzo que rezuma historia por los cuatro costados: Bodegas Guerra. Fundada por un farmacéutico con enorme visión de futuro, la bodega es hoy en día una sociedad cooperativa en la que participan más de 400 socios y un ejemplo de que la apuesta por los productos que representan a una tierra con identidad propia tarde o temprano consiguen hacerse un hueco en los mercados.  Hijo, nieto, bisnieto y tataranieto de bodegueros, Vicente Casas asegura que el vino corre por sus venas y recuerda nítidamente las sesiones vermú que hacía con su padre por los barrios de Madrid. Ahora, aunque no ha perdido su acento castizo, es uno de los mejores embajadores del Bierzo y de sus vinos.

 

¿Cómo han pasado la pandemia, han conseguido mantener las ventas y la distribución?

Al principio, lógicamente, las cosas estaban muy paradas y nos vimos muy afectados por el cierre de la hostelería, que es un canal al cual le dedicamos un 40% de nuestras ventas. Pero surtimos a los supermercados, que fueron nuestra tabla de salvación. Hemos continuado en estos últimos meses trabajando estrechamente con ellos y sirviendo también a ciertos clientes de exportación cuya actividad no está intrínsicamente ligada al sector hostelero. Hemos sufrido, como todos, un descenso de ventas, pero al final hemos ido recuperando poco a poco un buen nivel de actividad.

¿Y ahora mismo, cómo está la situación?

Obviamente, se ha normalizado bastante, aunque aún no estamos al 100%. Calculamos que, a lo largo de los próximos meses, seremos capaces de volver a los importes de facturación que teníamos antes de la pandemia.

¿Y cuál era?

En los últimos años, los previos a la pandemia, la facturación de la bodega fue de en torno a los  tres millones y medio de euros. Evidentemente, el COVID afectó a esas cifras y ahora estamos intentando recuperar ese nivel de facturación. Ese es nuestro objetivo al más corto plazo.

Vinos Guerra es una de las bodegas más antiguas de España, ya que se fundó en 1879. ¿Qué llevó a un empresario farmacéutico a meterse en la elaboración de vino?

La verdad es que esa es una pregunta difícil de contestar para mí. ya que es una empresa que tiene mucho tiempo y no conocí al fundador y no sé qué le pasaba por la cabeza. Lo que sí es cierto es que Antonio Guerra era farmacéutico y, seguramente por su amor por los vinos y por ser berciano, decidió crear Vinos Guerra o el germen de lo que es hoy en día. Porque esta empresa ha pasado, a lo largo de la historia, por muchas vicisitudes: arrancó muy fuerte y tuvo un nivel de expansión tremendo porque este hombre era un visionario, pero con el devenir de los tiempos, fue decayendo hasta que se convirtió en sociedad cooperativa allá por los años 60.

¿Sigue siendo una sociedad cooperativa?

Sí, la cooperativa tiene ahora mismo unos 400 socios activos y es de tamaño mediano/pequeño en el sector vitivinícola española.

Si poner de acuerdo a tres personas ya resulta difícil, ¿cómo es de complicado gestionar una empresa de 400 socios?

No son los 400 socios los que están involucrados en la gestión de la cooperativa, Hay un órgano de Gobierno que es una Junta Rectora, elegida, lógicamente, por los socios cooperativistas. También hay un equipo directivo formado por un gerente, un director comercial y un director técnico, entre otros, que son los que llevan el día a día de la empresa.  Pero es la Junta el órgano máximo de gobierno y decisión y la que dicta el devenir de la sociedad.

En la bodega le dan mucha importancia a la sostenibilidad y al cuidado del entorno mucho antes de que estos conceptos se pusieran de moda. ¿Son sus principales valores?

Como bien dices, antes de que todo esto fuese una realidad, más que una moda, aquí siempre se ha tenido una conciencia bastante grande de lo que es el cuidado del medioambiente. En este sentido, debo decir que nuestras viñas se siguen cultivando como hace muchos años, siendo muy cautelosos con el uso de elementos y productos que puedan afectar al terreno, a la viña y al entorno. Y ahora que este tema se ha convertido en necesidad, la bodega ha implementado más medidas de las que ya se venían realizando para ser todavía más cuidadosos. Hay que decir que la mayoría de los 400 cooperativistas son de una avanzada edad, aunque también tenemos gente joven, y el cultivo de las viñas se viene haciendo de la misma forma generación tras generación En ese sentido, tenemos asegurada una manera sostenible de hacer las cosas.

¿Cuántos vinos tienen ahora mismo en el mercado y dónde se pueden encontrar?

Tenemos divididas las ventas por líneas de negocias. La principal es los supermercados, ya que abastecemos a las principales cadenas nacionales y a supermercados regionales, lo que supone alrededor del 55% de nuestras ventas. Y, después, está la distribución de Horeca de calle de toda la vida, que absorbe un 30%. De esta forma, tenemos situados nuestros vinos prácticamente en el 75% de las provincias de España a través de nuestros distribuidores y concesionarios. Y la exportación, que iniciamos más o menos hace unos 8 años y que ha tenido un rápido crecimiento,  y creemos que aún hay margen de crecimientotiene mayor recorrido.

Y en lo que respecta al número de vinos que tenemos en el mercado, Bodegas Guerra dispone de varias líneas económicas o básicas y también de alta gama. Y en vermús, que son una parte muy importante de nuestras ventas, tenemos tres tipos: básico, reserva y, recientemente, se lanzó la marca Antonio Guerra, que es un vermú exclusivo de 2.000 botellas.

Precisamente quería hablarle de vermús, que es una apuesta clara de la bodega y una bebida que vuelve a estar de moda. ¿Es una forma de enganchar a los jóvenes?

Yo creo que lo jóvenes, básicamente, se están incorporando a bebidas más modernas y los vermús que se consumían antiguamente eran quizás un poco más amargos. Soy madrileño y recuerdo ir con mi padre a beber vermús por el centro de Madrid. Pero no eran como estos. Los que hacemos ahora están un poco más dulcificados para acceder precisamente a ese porcentaje de población joven. Y realmente es un producto del que se ha recuperado su consumo, tanto solo como para mezclar con otras bebidas o en cócteles. Este auge nos ha permitido empezar a exportarlo y ya lo tenemos en ocho o nueve países más. Así que no sólo en España ha recuperado parte de la venta que tenía, sino que fuera, en exportación, vemos que también tiene buena acogida. Los jóvenes, que a lo mejor están un poco desbordados con tantas bebidas como hay ahora mismo en el mercado, quizás encuentran en el vermú una diferenciación. Esto también se percibe con la apertura de locales que están haciendo mucho por propagar la cultura del vermú.

Blancos, tintos, rosados, vermús…. ¿Hay alguna elaboración que se les resista a Bodegas Guerra?

Cubrimos toda la gama de vinos, tanto económicos como de alta gama. Y en cuanto a los diferentes tipos de elaboraciones, hacemos blancos, blancos fermentados en barrica, rosados -tenemos uno tipo provenzal que se sacó hace unos años y es un gran éxito de ventas-…. Y en tintos, tenemos de media o más crianza, reservas…

También tienen productos delicatesen, ¿cuándo empezaron con esa línea?

Es un guiño al Bierzo y la lanzamos hace tres o cuatro años. Básicamente, son pimientos dulces y picantes, con su Denominación de Origen Pimiento del Bierzo y nuestra marca Guerra. También hacemos castañas, el licor… Y hace dos años incorporamos aceite de oliva, de los olivos que se están empezando a cultivar. La gente que los prueba, está encantada, son productos que gustan mucho. El foco principal de la empresa está en los vinos y los vermús, pero esto es un complemento de venta bastante bueno. Están subidos a la página web y tienen una gran aceptación.

¿Qué tiene el Bierzo que lo hace tan especial para los productos agroalimentarios?

Bueno, quizás no sea la persona más indicada para explicarlo porque soy de Madrid. Pero la verdad es que creo que el Bierzo es un paraje, un vergel y muchas veces les digo a la propia gente de aquí que no sabe lo que tiene. El Bierzo está despertando muy bien y muy fuerte, apostando por su producto agroalimentario de calidad que, sin duda, es el futuro. Pero para contestar a tu pregunta diría que el Bierzo tiene un clima y un suelo únicos y unas variedades de uva que también los hacen únicos. La Mencía y la Godello sólo se pueden encontrar en el noroeste de España, son dos variedades reducidas y eso nos hace especiales. El clima que tenemos es suave, con inviernos fríos con lluvia y veranos secos, pero no mucho, y con buenas dosis de calor. Y todo esto hace que las condiciones del viñedo sean óptimas. No obstante, yo creo que la parte más importante son los subsuelos, que son minerales. Esta es una zona que ha sido minera y los subsuelos son muy ricos en minerales y le aportan a la viña unas condiciones diferentes.

¿Nos puede adelantar alguno de los proyectos en los que están trabajando?

Tenemos proyectos en mente, pero como dije al principio, la pandemia ha venido a parar muchas cosas. De momento hemos pensado que lo mejor es centrarse en recuperar los niveles de venta anteriores a la COVID y luego ya será el momento de empezar a mover y presentar esas novedades en las que estamos trabajando. Habrá algo relacionado con el vino y con el vermú, con el que estamos haciendo una cosa que puede ser muy novedosa. Pero aún no es el momento de anunciarlo.