El respeto a la tradición es lo que nos da entidad como pueblo y como cultura. Galicia está llena de tradiciones y de fechas que acompañadas de rituales convierten momentos normales en extraordinarios y mágicos. Esto ocurre en la noche de San Juan, la noche del 23 de junio, la noche “más meiga” del año. En esta fecha se dice que lo que se celebra es la llegada del solsticio de verano y que por ello se considera la primera fiesta de la temporada estival que hace de telonera para las fiestas que vendrán después. La noche de San Juan se celebra en los distintos lugares con rituales propios de cada zona, sin embargo, todos ellos giran en torno a dos elementos principales: el agua y el fuego. En Galicia además cobran especial relevancia las flores y las plantas aromáticas. Con estos tres elementos se llevan a cabo una serie de rituales mágicos con finalidades muy dispares como pueden ser la salud, la fertilidad y la belleza una vez que hemos alejado el mal de ojo y las “meigas” de nuestro lado. Sin que exista una justificación clara, la tradición fija como números mágicos los impares, 7, 9, 11…. Por lo que será necesario saltar la hoguera un número impar de veces para que nuestro deseo se cumpla, será necesario bañarse en el mar saltando un numero impar de olas para poder concebir un hijo y será necesario recoger un número impar de plantas y flores para asegurar nuestra belleza. Fue precisamente esta última parte la que ha llamado más mi atención. La curiosidad sobre la tradición asociada a las plantas. Quizá es en lo que menos magia observo pues el conocimiento sobre las plantas medicinales me ha hecho reflexionar sobre la realidad del efecto positivo que éstas tengan sobre la piel y, por lo tanto, sobre la belleza de esa piel.
La tradición indica que la tarde del día 23 se han de recoger un número impar de plantas (no podría ser de otro modo), mínimo 7 y dejarlas en agua, procedente de un mínimo de 7 fuentes, al rocío de la noche. Por la mañana hay que lavarse la cara con ese agua que tendrá un efecto inmediato sobre nuestra belleza.
No hay un listado de plantas y, por lo tanto, las combinaciones son infinitas. Sin embargo, de modo tradicional se recomienda que han de estar presentes las siguientes siete: hipérico o hierba de San Juan, romero, hinojo, malva, hierba luisa, helecho y xesta. Todas estas plantas tienen propiedades beneficiosas para la piel, entre otras son cicatrizantes, calmantes, nutritivas, antiinflamatorias antiarrugas e incluso anti ojeras. Por ello el beneficioso efecto de estas plantas sobre la piel no es cuestión de magia sino de composición.
Fue precisamente en este punto cuando me planteé la posibilidad de aunar dos tradiciones: la elaboración de licor de hierbas empleando las hierbas de San Juan. De este modo todas esas propiedades medicinales estarían recogidas en un licor. Para respetar la tradición del número impar, se maceraron 5 de las plantas en aguardiente procedente de 5 variedades de uva cultivadas en Galicia (Treixadura, Godello, Mencía, Loureira y Albariño). El resultado ha sido el Licor de Hierbas de San Juan, elaborado en Orujos y Licores Augavella. Magia y tradición se han unido y han dado como resultado un licor de hierbas de profunda aromaticidad y elegancia, con un postgusto suave y un marcado recuerdo de las plantas con las que ha sido elaborado sobre un delicado aguardiente. El licor de hierbas de San Juan encierra los beneficios medicinales de las plantas, la tradición del aguardiente y la magia de la noche de San Juan.
Claramente, un consumo moderado de este licor mantendrá “as meigas fora” a lo largo del año.