Entrevista a Robustiano Fariña, copropietario de Bodegas Attis

“El toque salino del Salnés hace que la uva albariño dé aquí lo mejor de sí”

Los hermanos Robustiano y Baldomero Fariña son los copropietarios de Attis, la bodega que fundaron junto a su padre en el año 2000 y en la que, desde el primer momento, se propusieron elaborar vinos diferentes. Veinte años después, los 22 vinos que tienen en el mercado son la mejor prueba de que han cumplido con su objetivo. De Attis salen albariños muy apreciados por consumidores y expertos, pero también vinos naranjas, dulces golosos y frescos y un rosado de producción limitada, su última incorporación, que vale la pena probar. El Atlántico, que tanto reivindican en su discurso, acaricia con fortuna los viñedos de estos dos hermanos,que conciben la viticultura como una historia de amor y pasión como la que protagoniza Attis, el amante de la Diosa Cibeles, que da nombre a la bodega.  

¿Cuándo pusieron en marcha Bodegas Attis y quién está detrás?

Attis es un proyecto familiar que impulsamos mi padre, mi hermano Baldomero y yo. Esta bodega nació en Rías Baixas en el año 2000 pero no era nuestro primer contacto con este mundo, ya que elaborábamos vinos con anterioridad. En este caso, empezamos con un único vino, Attis, que es el que le da nombre a la empresa, y, a día de hoy, elaboramos 22 vinos diferentes, ya sea por su concepto de vinificación, por su parcela o por su variedad.

¿De dónde viene el nombre de la bodega?

Cibeles, la Diosa de la Naturaleza, viajaba en un carruaje tirado por leones y el chofer de ese carruaje era Attis. Cibeles y Attis tuvieron una historia de amor y de ahí viene el nombre porque en el vino también hay amor, pasión y naturaleza.

En los últimos años, parecen estar de moda los vinos del Salnés dentro de la Denominación de Origen Rías Baixas. ¿Qué tiene esa zona que resulta tan buena para la viticultura?

Dada su ubicación, está afectada por el Atlántico y eso propicia un clima que hace que la variedad mejor adaptada a esta zona, sin duda el Albariño, se sienta a gusto y dé lo mejor de sí. Aquí, esta uva nos ofrece sus mejores cualidades y su mayor expresividad. En el Salnés hay un marcado toque salino y acideces buenas, muy gustosas, lo que da como resultado vinos frescos, que tienen gran persistencia con el paso del tiempo. Eso es un poco lo que hace que esta zona sea diferente. La D.O. Rías Baixas tiene cinco subzonas y todas tienen su punto positivo, pero quizás el Salnés se diferencia un poco del resto porque es la que tiene mayor superficie de viñedo pegado o bañado por el mar.

En su web reivindican los vinos atlánticos. ¿Qué debe esperar alguien que prueba este tipo de vinos?

Nosotros estamos al noroeste, nos baña el Atlántico, y es inevitable que exista esa influencia. Los vinos del noroeste peninsular, no sólo los de Rías Baixas sino también de otras denominaciones de origen de Galicia, tienen esa frescura, que viene dada y caracterizada por su situación. Pero contestando a su pregunta: ¿Qué se puede esperar de un vino atlántico? Pues yo diría que un perfil de vino con acideces marcadas, grados alcohólicos no muy altos y toques vegetales, herbáceos. En definitiva, hablamos de vinos frescos, apetecibles, muy en la línea de lo que piden los consumidores. Por eso, quizás, se hablr tanto de los vinos atlánticos, sobre todo en los últimos años.

¿La frescura de la que hablamos está reñida con el paso del tiempo?

Para nada. Un vino perdura en el tiempo por la variedad, por el ‘terroir’, por la planta en sí, por el concepto de elaboración… Y después, porque tenga o acidez o alcohol, o ambas. Nosotros tenemos más de lo primero que de lo segundo. A todo el mundo le gusta la acidez en sus vinos porque es un concepto positivo. Aquí tuvimos unas épocas que se luchaba contra ella porque se consideraba algo contraproducente, parecía que a la gente le molestaba. Pero la acidez bien elaborada y bien llevada sólo puede ser positiva. Nosotros tenemos vinos con mucha acidez. No utilizamos levaduras industriales, fermentamos en espontáneo…  Esas acideces se ensamblan y son las que dan persistencia, potencia y estructura en boca.

El cambio climático juega, en determinadas zonas, a favor de los vinos. ¿Es el caso de las elaboraciones del Salnés?

Es cierto que en los últimos cinco o seis años hemos tenido cosechas cálidas y eso hace que suba el grado alcohólico. Aquí, que normalmente estamos en 12 grados y medio, ya estamos en 13 y 14º.  Hablando con gente mayor de la zona, dice que esto ya ha pasado en otras épocas… A ver, es evidente que el cambio climático existe, es algo que ya está aquí. Pero nosotros, en esta zona, aunque suba la temperatura medio grado o un grado, tenemos margen de maniobra gracias a nuestras variedades, las viñas, el ‘terroir’… De momento, se soporta, pero si sube más de eso, la situación sería más compleja. Aunque habría zonas que estarían mucho peor que la nuestra.

En su tienda online venden ahora mismo 22 vinos diferentes. ¿Cuál fue el primero y cuál el más reciente?

El primero fue Attis Lías Finas, que es el que le da nombre a la bodega. Después, en el año 2007, empezamos a elaborar vinos con barrica y, por concepto de vinificación, por parcela y por variedad, llegamos a estos 22 vinos. Con la variedad albariño hacemos vinos que, por su concepto de vinificación, son bastante diferentes a los que estamos acostumbrados. Entre ellos, los que realizamos con maceraciones peliculares o los vinos dulces. Elaborar este tipo de vinos hace que tengamos varios fuera de la Denominación de Origen. Me refiero, concretamente, a nuestra línea de vinos Sitta. Nuestro producto más reciente es el rosado, que elaboramos por primera vez el año pasado y que tiene continuidad este.

¿Es complicado gestionar una bodega con tantos vinos?

Por supuesto. Es complejo pero, al mismo tiempo, motivador. Nos incentiva. Al final, es una parte de la adrenalina de elaborar y surge un poco de la inquietud que tiene cada uno. Elaborar diferentes vinos, con diferentes vinificaciones, no es una tarea sencilla, pero ya llevamos unos años haciéndolo, con lo que esa presión ya la manejamos mejor, con más tranquilidad.

¿Dónde venden sus productos?

Prácticamente vendemos en toda Europa: Francia, Alemania, Italia, Suecia, Bélgica, Holanda, Inglaterra, Noruega, Georgia, Armenia… También en Rusia, Japón, México, Brasil, Perú, Puerto Rico, Estados Unidos, Canadá o Israel, entre otros países. Es más lo que exportamos que lo que vendemos en territorio nacional.

Uno de esos mercados, Estados Unidos, acaba de anunciar la supresión de aranceles a la importación de vino.

Era algo por lo que todos estábamos luchando. En estos meses, la venta de vino a Estados Unidos no desapareció pero sí se frenó porque había que luchar contra ese 25% que le imponían a las importaciones, que era un incremento considerable. Afortunadamente, ahora se ha normalizado la situación y es una muy buena noticia que, sin duda, tendrá un efecto muy positivo en las ventas en los próximos meses.

¿Y cómo está ahora el mercado del Reino Unido tras su marcha de la Unión Europea?

Hay mucha inquietud, el ambiente está enrarecido. Es un mercado que sigue funcionando, pero tras su salida de la UE, las normas han cambiado.

¿Qué tal han llevado este año de pandemia en lo que se refiere a las ventas?

Teníamos desde hace años la tienda online y esta situación ha hecho que se moviera más. Ha habido un aumento considerable de las ventas a través de este canal. Las malas noticias vinieron del mercado nacional, concretamente del Canal Horeca (Hoteles, Restaurantes y Cafeterías). Ya  sabemos todos qué ha pasado estos meses con la restauración, lo que ha sufrido y todavía está sufriendo por culpa de la pandemia. Es verdad que las tiendas siguen funcionando, pero en absoluto contrarrestan esa caída. Así que, en el mercado nacional, lo hemos notado bastante. Afortunadamente, la exportación sigue funcionando, incluso ha crecido. Es un contrasentido. A estas alturas de la pandemia, en vez de tener mayor claridad sobre el tema, cada vez tengo más lagunas. Cada día que pasa me cuadran menos las cosas. No tiene sentido que el mercado nacional caiga de la forma que ha caído y que el mercado internacional siga funcionando o incluso crezca. Evidentemente, hablamos de un concepto diferente de beber vino: España no es un país donde se consuma vino en casa, básicamente se bebe en la hostelería, y esto está cambiando ahora, aunque de una forma forzada. Y para que cambien las tendencias tienen que pasar años. Pero hay otros países donde el concepto de consumir vino en casa ya estaba establecido y han subido en cuanto a consumo.

Attis organiza visitas a la bodega, con cata de vinos incluida. ¿Cómo están llevando el apartado de enoturismo en tiempos de COVID?

Ahora mismo, estamos cerrados. Hemos tenido visitas desde el fin del primer confinamiento, en mayo, hasta la vendimia, y ya no se ha vuelta a reactivar. Cuando esto se normalice, empezaremos otra vez.

¿Nos sorprenderá Attis con algún proyecto nuevo este año?

La pregunta no puede ser más oportuna porque precisamente la semana que viene presentaremos los vinos que hemos elaborado en El Bierzo. Llevamos allí dos años trabajando y los vinos salen a la luz en este mes de marzo. El Bierzo es una zona que para mí ha tenido siempre muchísimo interés y llevo años vinculado a esta comarca porque mi pareja es de allí. Es una de las zonas que cuenta con mayor extensión de viñedo centenario, tiene unas viñas extraordinarias y las variedades Godello y Mencía dan mucho de sí. Sacamos al mercado cinco vinos: tres blancos y dos tintos.