Pasado, presente y futuro en el Ribeiro

El patrimonio arquitectónico del Ribeiro, en relación con el vino, posiblemente sea el más importante de la Península Ibérica.

La mayoría de historiadores e investigadores del mundo del vino, consideran el Ribeiro como la zona española con mayor patrimonio histórico basado en el vino. Se ubica en Ourense (Galicia) en las confluencias de los valles formados por los ríos Miño, Avia y Arnoia, un factor determinante para que se implantara desde hace tantos siglos y con tal intensidad el cultivo de la vid en dicha comarca. El clima peculiar de la misma, permite la obtención de uva para la producción de vino de tan alta calidad.

Entender el vino del Ribeiro es entender su idiosincrasia y su historia, historia que se remonta a la época de los romanos, los cuales cuando colonizaban los pueblos, inmediatamente potenciaban la agricultura y sobre todo las viñas. El cultivo del viñedo ha sido históricamente la principal fuente de riqueza de la comarca. 

No se conoce con exactitud cuál ha sido el origen de las variedades autóctonas del Ribeiro, pero gracias al descubrimiento de los Lagares Líticos, sí se sabe que en siglo III ya se elaboraba vino en la zona. Aparecen varios vinculados a los castros o  que se encuentran cerca de viñedos históricos en Francelos, Arnoia, Castrelo de Miño, Ribadavia, etc.  El Lagar Rupestre del Castro de Santa Lucía, en Castrelo de Miño (hasta el momento) es el lagar más antiguo, los estudios realizados lo sitúan en el siglo III, tratándose así, de la más antigua referencia al vino que existe actualmente al norte del Douro. 

Por todos era conocida la gran calidad del vino de Ribeiro pero no es hasta la Edad Media cuando dicho vino alcanza su máximo esplendor. En el año 928, el Conde Álvaro y el Conde Sabita donan y fundan el Monasterio de San Clodio, dándole a los frailes la capilla y numerosas viñas y tierras, posibilitando de esta forma, el desarrollo de la viticultura extensiva en todo el valle del Avia.

La fundación de los monasterios en este período fue la explosión más importante que pudo suceder en el Ribeiro. Con las compras y donaciones que reciben, se convertirán en los motores de la expansión de la vid en la comarca, incentivando la plantación de los viñedos por medio de contratos forales. La manera de controlar todo este patrimonio fue crear granjas y prioratos, pero no fueron los únicos, lo mismo ocurría con las familias aristocráticas, que ya mostraban interés por adquirir viñedos en el Ribeiro.

Es en 1133 cuando se publica el primer foro municipal de la ciudad de Compostela, en el que se dice que el vino que entra por la puerta de Mazarelos tiene que ser el “buen vino de Castella” (por aquel entonces, Castella era como se denominaba a las tierras del Ribeiro). En un decreto en el que figuran los precios de los víveres que se comercializaban en Santiago, se detalla el vino ribeiro como el más caro de cuántos se vendían. En la ciudad de Compostela, fue famosa la cofradía de los Tratantes de Vino, que tenían un registro de todo el vino que entraba en la ciudad para ser vendido en los diferentes mercados, siendo muy frecuente la exportación a países como Inglaterra, quienes durante los siglos XVI, XVII y principios del XVIII, eran asiduos visitantes a la comarca del Ribeiro para probar y comprar el vino, quedando así reflejado el floreciente comercio y aprecio por el mismo.

Los beneficios que genera dicho vino, posibilitan la financiación de las guerras y de la reconquista. Así, son muy frecuentes los préstamos a la Corona por parte de los bodegueros y mercaderes de Ribadavia y  su comarca. Durante esta época el fuerte desarrollo de la viticultura en la comarca del Ribeiro va a hacer que toda la nobleza laica y eclesiástica de los reinos de Galicia, León e incluso Castilla procuren alianzas para poseer casa, lagar y viñedos en dicha comarca.

Con el fin de regular y regir la zona productiva y el comercio del vino, se redactan Las Ordenanzas de Ribadavia de 1579, velando así, tanto la garantía de origen del vino como las prácticas permitidas para manipular y elaborar las uvas y regular también las sanciones a pagar en caso de incumplir la normativa. Estas ordenanzas están consideradas como el documento regulatorio más antiguo de una denominación de origen en España, lo que convierte a la zona del Ribeiro en la denominación de origen vitivinícola regulada más antigua de nuestro país.

Desde el siglo XII el prestigio del vino del Ribeiro se extiende por toda Europa y posteriormente por América, dejando grandes rentas no sólo en la comarca, si no también en las ciudades costeras de Galicia. Los comerciantes gallegos, asturianos, vascos, ingleses y holandeses se peleaban por posicionarse en el mercado de este vino que tanta fama le dio a Galicia.

Debido a varios factores que tienen que ver con la política, la religión y sobre todo con la presión que los mercaderes de la costa gallega hacen para que los ingleses no tengan ventaja en el comercio del vino del Ribeiro, tiene lugar la gran crisis de la exportación a Inglaterra a finales del siglo XVIII. Los propios mercaderes gallegos fuerzan a la monarquía a que prohíba a los ingleses comercializar con el vino del Ribeiro y quedarse con el monopolio pero (y a pesar de todo), los ingleses sacan vino del Ribeiro a través de Portugal. La competencia del vino en Oporto fue un punto clave, las compañías inglesas y portuguesas empezaron a realizar transacciones muy importantes de vino, entre otros motivos porque el transporte del mismo desde Oporto era más barato que el que realizaban los arrieiros por tierra desde la comarca del Ribeiro hasta la costa gallega.

Entre mediados y finales del siglo XlX las viñas sufren diversas enfermedades como el Oidium o la Filoxera, provocando en la comarca una de las crisis más larga recordada. Empieza así la emigración a América, lo que va a repercutir a los pocos años en la llegada de capitales dedicados a la reinversión y mejora de las viñas. Nace de este modo una casta de viticultores-bodegueros que reinvierten en la tierra, modernizan la industria del vino y potencian el comercio del vino ultramar, llegando a producir 65.000 hectolitros de vino dedicados a la exportación. El vino del Ribeiro es el más cotizado de los vinos españoles en Cuba, Brasil, Uruguay y Argentina. 

Pero ya en el siglo XX, la Guerra Civil y la escasez en la postguerra provocarán una caída en los precios del vino de Ribeiro. La emigración a las ciudades y el abandono de las viñas y de las más de 2.000 bodegas que existían en el Ribeiro va a ser la tónica en los años 70. Serán ya los hijos o nietos herederos de las viñas los que dos décadas más tarde empiecen a recuperar las variedades autóctonas de la zona, produciéndose así un resurgimiento de los nuevos valores y vinos de gran calidad que sigue imparable.

Sin duda, podemos afirmar y afirmamos que el Ribeiro es un producto de la Historia, capaz de generar una amplia y diversa gama de vinos. Vinos frescos, afrutados , florales y con una marcada personalidad que los convierte en únicos.

Para la realización de este reportaje hemos contado con la colaboración de Xosé Luis Sobrado (Historiador y Presidente del Centro de Estudios Chamoso Lamas), Antonio Míguez Amil (Estudioso e integrante de la Asociación de amigos del Museo de Ribadavia), José Ramón Estévez Pérez (Historiador), Juan Manuel Casares Gándara (Presidente del C.R.D.O. Ribeiro) José Carlos Sierra (Facultativo de museos del Estado) y César Llana (Director del Museo Etnológico de Ribadavia), quienes nos han aportado todo el material necesario para acercarles un poco más a la historia del Ribeiro. 

 

LAGARES LÍTICOS

Los Lagares Líticos o Rupestres son bases de prensas excavadas en afloramiento de roca natural que se utilizaban para el aplastado de la uva u otro fruto. Se encuentran en zonas donde la orografía, la altitud y el clima son propicios para el cultivo de la vid, de hecho, muchos de ellos están situados en los actuales lindes de viñas. 

Los lagares líticos aparecen en la roca y no aparecen asociados a una cultura material concreta, por lo que los historiadores se encuentran ante la dificultad de acotarlos temporalmente. De hecho, el gran reto que tienen hasta el momento es poder darle una datación concreta a este tipo de estructuras. 

Los estudios dirigidos por Fermín Pérez Losada, sitúan el Lagar Rupestre del Castro de Santa Lucía (Castrelo de Miño) en el siglo III, siendo hasta el momento, el lagar más antiguo que aparece en contexto. 

Gracias al descubrimiento y estudio de este lagar, sí se sabe que en siglo III ya se elaboraba vino en la zona. Aparecen varios lagares más vinculados a los castros o  que se encuentran cerca de viñedos históricos en Francelos, Arnoia, Ribadavia, etc.  

Sin duda, los Lagares Líticos, nos hablan de los orígenes milenarios del cultivo y elaboración de vino en Galicia, concretamente en el Ribeiro. 

 

 

RIBEIRO, PRIMER VINO CONSUMIDO EN AMÉRICA

Un documento hallado en 2006 en el Archivo de Simancas desvela el asombroso viaje de “una o dos pipas de vino de Ribadavia” durante los viajes de Colón. Luis Congil

Es en el siglo XV cuando se produce la llegada de los caldos europeos al continente americano. El consumo del vino procedió a su plantación en el nuevo territorio y llegó de manos de los conquistadores, en este caso los españoles comisionados por los Reyes Católicos para la exploración y explotación del nuevo continente.

Las tres naves fletadas por Cristóbal Colón para el descubrimiento iban cargadas de vino, teniendo en cuenta que para la travesía se reservaban unos dos litros por marinero y día, como una parte fundamental de su sustento calórico.

Tradicionalmente se conocía desde la Edad Media la importancia del vino del Ribeiro dentro del mercado mundial. Gracias a recientes descubrimientos documentales sobre los viajes de Colón, estamos en disposición de poner fin a estas incertidumbres y constituir como verdad científica el consumo de , al menos, un vino concreto en los tiempos inmediatos a la arribada al Nuevo Mundo. Y ese primer vino, cuyo consumo podemos ahora constatar documentalmente, es un buen “vino de Ribadavia”.

 

 

EL VINO DEL RIBEIRO EN LA ARMADA ESPAÑOLA

La flota española se abastecía a finales del siglo XVI de vino del Ribeiro, así lo demuestran los documentos en el cual los veedores y proveedores del Rey, compraban el vino que se necesitaba para los barcos de la Armada. Elegían el vino del Ribeiro ya que eran los que más aguantaban en el mar y tardaban en avinagrarse.

Todo lo hacían de manera que quedara por escrito, ante notario, para que así de esta forma, el bodeguero pudiese cobrar. Los Gobernadores de Galicia, por lo general, eran los encargados de organizar las provisiones para la Armada, las cuales se guardaban en los almacenes que tenían en La Coruña. Cuando en 1588 la flota fue reunida para la invasión de Inglaterra (Armada Invencible), en su carga tenían vino del Ribeiro. Otro dato que atestigua tal hecho, es que en 1589, Drake, atacó la Coruña encontrando en los almacenes de la Armada Española dos mil pipas de vino y en los galeones que estaban en el puerto unas ciento cincuenta. 

Dada la calidad y fama del mismo, se empiezan a producir una serie de fraudes. Ante tal situación, y por orden del Rey Felipe II, el Capitán Tizón viaja a Coruña a investigar qué ocurre realmente con el vino del Ribeiro que se compraba para la Armada Española. A su llegada a la ciudad, entró en una taberna donde comenzó a hacer sus pesquisas. Casi sin darse cuenta, fue asaltado por unos hombres enmascarados, dando lugar a una lucha entre ellos. En ese momento, el Capitán Tizón estaba acompañado de un cura que resultó malherido. Los asaltantes tenían la misión de acabar con la vida del Capitán antes de que pudiese averiguar la verdad. No lo lograron, el Capitán que había luchado en los Tercios, se defendió con su espada y un banco a modo de escudo. Finalmente se supo que los propios veedores enviados por el rey para comprar el vino, eran los mismos que se lo quedaban con la intención de revenderlo. Los veedores fueron finalmente arrestados gracias al Capitán Tizón.

 

LOS ARRIEIROS

Arrieiro (en gallego) es el nombre de la persona que transportaba mercancías de un lugar a otro. Con el fin de abastecer de vino y otros artículos a los vecinos de lugares y parroquias de la comarca, los arrieiros recorrían grandes distancias empleando animales de carga. En el caso del Ribeiro, transportaban vino desde Ribadavia hasta Pontevedra. Algunos de ellos, en el camino de vuelta traían sal de Marín. 

El viaje se realizaba todas las semanas y para ello utilizaban  ocho o nueve mulas atadas formando una recua. Nunca se utilizaban carros con bueyes.

Cada mula llevaba dos “pellejos” llenos, lo cual equivale a más de 90 litros de vino por mula. Eran los propios arrieiros quienes confeccionaban los “pellejos” con la piel del macho cabrío.

Responsables del transporte del vino hacia la costa gallega, contaban con la ayuda de los corredores, una especie de intermediarios que se llevaban un tanto por ciento de la venta.

Los arrieiros, quienes generalmente realizaban el viaje acompañados, han sido una figura clave e importante en la historia del vino del Ribeiro.

 

 

CURIOSIDADES:

Cuenta la leyenda que el Príncipe Negro (inglés) vino a ayudar a los portugueses en una de sus guerras contra los castellanos. Vestía para la ocasión una armadura sin pulir y por lo tanto no brillaba, de ahí lo de Príncipe Negro. Acompañado por invencibles arqueros ingleses, el Príncipe, al pasar por Ribadavia degustó los grandes vinos del lugar. Le gustaron tanto que empezó a importarlos a Inglaterra.

En 1386 tiene lugar el asedio y toma de Ribadavia por las tropas inglesas del Duque de Lancaster. El vino de Ribadavia aparece en las crónicas de Froissart con fama de vino de mucha calidad. A partir de este hecho, es constatable un importante auge en la exportación de estos vinos a Inglaterra, que se va a prolongar a lo largo de más de 350 años, imponiéndose en calidad y precios a los vinos franceses y resto de vinos españoles. 

En 1492 el Ribeiro es el primer vino que llega a América de la mano de Cristóbal Colón.

En el año 1550 el “Ribadavia” (como se denominaba por entonces al Ribeiro) llegaba a las mas finas y opulentas mesas de media Europa, compitiendo principalmente con el vino francés, pero se daba el caso que en 1584, en Hondarribia el azumbre (2.5 litros aprox.) del “Ribadavia” se vendía a 50 maravedís, mientras que el burdeos estaba a 22 maravedís, menos de la mitad, lo que demuestra la alta estima en que lo tenían 

En 1522 se abre la Casa de la Especiería en Coruña y el comercio con las Malucas (Asia). El vino del Ribeiro va a ser el que llegue por primera vez a Asia. “El que sería capitán general de Filipinas, Gómez Pérez das Mariñas, quedaba autorizado a consumir tres pipas de vino de Ribadavia en los funerales de su mujer, en 1563”

En 1576 un pleito por el vino de Ribadavia de 14 años en Pamplona, es considerado el mejor vino del reino de España. 

En 1787 John Croft, miembro de la “Factory of Porto” y comerciante de vinos, publica un artículo en el que hace referencia a los vinos del Ribeiro, aludiendo a la buena consideración que se tenía de estos vinos antes que los de Porto y Florencia. Los vinos del Ribeiro se comercializaban en miles de pipas cada año.

En 1898 y 1902, el vino de Rafael Santoro de Cuñas de Avia, gana la medalla de plata en el Concurso Mundial de Burdeos. Exportaba mucho a Cuba, Buenos Aires y Costa Rica. En su libreta de comercio con América queda patente el comercio próspero del vino del Ribeiro. También la Granxa de Outeiro exporta vinos a Argentina y Cuba. 

En 1917 el Ribeiro tenía 10.000 hectáreas en producción. En 2017 tenía 23.000 hectáreas.

En 1932 se crea el mapa con las denominaciones de origen vitivinícolas españolas. Se incluye a el  Ribeiro como una de las históricas.