Una tercera parte de los viñedos de la DO Empordà tienen más de treinta años y un 3% más de un siglo

Las viñas más viejas del Empordà son de variedades autóctonas o tradicionales de la zona, como la cariñena, la garnacha o el macabeo.

Una tercera parte del viñedo ampurdanés tiene más de treinta años de antigüedad, según los resultados de un estudio preliminar elaborado por el Consejo Regulador de la denominación. El mismo informe concluye que un 3% de las cepas ampurdaneses tienen más de un siglo. Las viñas más viejas de la denominación ampurdanesa fueron plantadas a finales del siglo XIX y producen uva desde hace más de ciento veinte años. Son veintidós ocho parcelas que ocupan una superficie de diecinueve hectáreas.

Garriguella, Rabós y Espolla son los municipios de la denominación que concentran un mayor número de viñas viejas. También destacan otras poblaciones situadas en la llanura del Empordà y en la Albera, como Sant Climent Sescebes, Capmany, Masarac, Perelada o Vilamaniscle. En general, las viñas viejas están situadas en parcelas pequeñas con una media de 0,87 hectáreas.

Viñas viejas de variedades tradicionales del Empordà
Las viñas más viejas del Empordà son de variedades autóctonas o tradicionales de la zona. Destaca especialmente la cariñena negra, ya que el 90% de los viñedos de esta variedad tienen más de treinta años; el 60% más de sesenta y el 26% más de ochenta. En el caso de la cariñena blanca, el porcentaje de cepas de más de treinta años se sitúa en el 86,7%. De estas viñas de cariñena blanca, un 26,5% tienen más de ochenta años.

La otra variedad emblemática de la denominación, la garnacha, es también muy vieja. Concretamente, un 61,4% de los viñedos de garnacha roja fueron plantadas hace más de treinta años y un 14,9% hace más de ochenta años. Otra variedad con gran tradición en la zona, el macabeo, también atesora viñedos muy viejos, con un 64,1% de con más de treinta años. El informe se ha basado en una prospección de las 2.318 parcelas registradas actualmente en la DO Empordà para determinar la antigüedad, la distribución varietal y su localización.

Las bodegas reservan las viñas más antiguas o centenarias para producir sus mejores vinos o los más icónicos, ya que es bien conocido que las viñas viejas de más de treinta años aumentan las posibilidades de elaborar vinos de gran calidad. Son un tesoro que varias generaciones de viticultores han preservado como una joya de sus explotaciones.

Tierra de garnachas y cariñenas con una riqueza varietal única
El Empordà es tierra de variedades históricas. La garnacha o la cariñena representa una tercera parte de la viña ampurdanesa. La denominación  es un área vinícola con una riqueza varietal exclusiva, ya que es una de las pocas zonas vinícolas que produce todas las variedades de garnachas y cariñenas.

Hoy en día, las variedades autóctonas representan cerca del 65% de todas las viñas de la denominación de origen. El porcentaje de las variedades tradicionales no ha dejado de crecer en los últimos años gracias a la apuesta decidida de los viticultores ampurdaneses por la garnacha, la cariñena, el macabeo o el moscatel, con el objetivo final de elaborar vinos únicos y con personalidad que sean un reflejo de la zona donde se producen.