Entrevista con Manuel Vázquez Losada, propietario de Adega Manuel Vázquez

“Trabajo con sólo seis racimos por planta para conseguir un vino diferente”

 

Cuando en 2017 Manuel Vázquez Losada (Castrelo do Val, 1991) decidió montar una bodega y hacer vinos al amparo de la Denominación de Origen Monterrei, poco se podía imaginar que su primera vendimia iba a coincidir con una pandemia. Pero así fue. No obstante, su ilusión, el cariño que ha puesto en este proyecto y el apoyo incondicional de sus seres queridos le han ayudado a mantener vivo su sueño: crear vinos diferentes. Los Fanrela, blanco y tinto, son dos multivarietales que hay que tener en cuenta y seguir muy de cerca.

 

Su bodega es relativamente reciente, pero su vinculación con el mundo del vino se remonta a varias generaciones

Sí, es cierto, tomé las riendas de las viñas de mi abuelo, que se las pasó a mi madre y ahora, cuando me las han pasado a mí, tomé la decisión de profesionalizar la actividad y hacer vino dentro de la Denominación de Origen Monterrei. Ese paso me decidí a darlo en 2017 y fue en 2019 cuando entramos a formar parte de la D.O. El camino no ha sido fácil teniendo en cuenta que nuestra primera añada coincidió con la covid. Vamos, que no tuve mucha suerte eligiendo fechas (risas). A pesar de esto, no me puedo quejar.

¿Qué le dijo su padre cuando le contó sus planes?

Siempre he contado con su apoyo incondicional. Mi padre se quedó huérfano de padre y madre a los 17 años y tuvo que hacerse cargo del negocio familiar, un Ultramarinos en el pueblo. Que ahora un hijo suyo decida montar una bodega es algo que le llena de orgullo.

¿Qué tuvo que hacer para incorporarse a la D.O. Monterrei?

La mayoría de las viñas que teníamos estaban en vaso, sólo había una finca de 5.000 metros en espaldera con variedades que estaban dentro de la Denominación de Origen. El resto, las he ido arrancando para plantar uvas Godello, Mencía y algo de Sousón. Y entre el año que viene y el siguiente quiero plantar tres hectáreas más.

Creo que también tiene Dona Branca, que no es una uva muy habitual en su zona

Es cierto, tengo una poca y la uso para hacer un poco de mezcla. Creo que es una variedad que consigue darle ese toque diferente al vino.

¿Qué significa Fanrela, el nombre que llevan sus vinos?

Es un mote de la familia de mi abuela materna y la que era su casa es la que he acondicionado para la bodega. El tema del vino me viene todo por parte de la familia de mi madre.

¿Dónde está vendiendo su producción?

En la cafetería que tengo en Castrelo do Val, y además tengo un distribuidor en Coruña y otro en Santiago. Y en la zona de Ourense lo distribuyo yo. También hay un par de tiendas en Madrid que venden mi vino.

¿Qué supone para una bodega tener vinos amparados por la Denominación de Origen Monterrei?

Yo creo que es un valor añadido. Es cierto que hace algunos años nadie sabía ubicar muy bien esta denominación, pero hoy en día ya es bastante conocida y el estar asociado a ella es algo que nos beneficia. Los vinos de esta zona están gustando mucho y está claro que es un buen empujón, sobre todo para alguien como yo que acaba de empezar.

¿Cuántos vinos tiene ahora mismo en el mercado?

Dos multivarietales, uno blanco y otro tinto: el Godello/Treixadura y Dona Branca, y el Mencía/Arauxa y Sousón.

¿Cómo fue la primera vendimia, la que les coincidió con la pandemia?

En la primera vendimia elaboré blanco y tinto, pero sólo quise etiquetar el blanco porque el tinto no cumplía con lo que yo entendía que debía ser mi primer vino. Así que en 2020 hice una importante reducción de carga de uva y ahora mismo sólo trabajo con seis racimos por planta para dar un toque diferente y personal al vino. Y puedo decir con cierto orgullo que este año, en base a esa decisión que tomé, ha salido un buen caldo. Así que seguiré en esa línea, haciendo este vino sólo con uva propia, sin aplicar herbicidas, ni antibotríticos, usando sólo lo mínimo imprescindible para mantener la uva sana.

Para la gente que aún no los ha probado, ¿cómo definiría sus vinos?

Es complicado, pero lo voy a intentar. El blanco es fresco, goloso y yo diría que marida bien con cualquier  comida, quizás no con una carne, pero no sólo con mariscos, también con un buen pescado, con empanada, con quesos… Pese a ser un blanco, para mí no es un vino que se deba  beber demasiado frío porque creo que, en este caso, la temperatura baja en enmascara muchas de sus características. Y el tinto es diferente, muy amante al paladar, es fresco en la entrada, pero a su vez te llena el retrogusto, es una bomba para el paladar.

En las presentaciones de sus vinos, cómo ha sido la respuesta del público y de los críticos

La respuesta ha sido muy buena, la verdad. El blanco lo presenté, por ejemplo, al Concurso de Bruselas y si la medalla de plata estaba en 85 puntos, el mío lo valoraron en 82 y medio. No está mal para un primer año.