Territorio lleno de tesoros, situado al sur de la provincia de Ourense, que enmarca los Ayuntamientos de Castrelo do Val, Monterrei, Oímbra, Riós, Verín y Vilardevós. Demarcación vecina de la comunidad intermunicipal del Alto Támega de Portugal, con el que comparte no solo vecindad e historia, sino también admiración por héroes transfronterizos como el mismísimo Viriato, nombre que emana del término céltico ”viria”, brazalete de los guerreros celtas; tres años después de su trágico fin, traicionado por los suyos en el año 139 a.n.e, tuvo lugar la primera invasión romana de la mano del cónsul Décimo Junio Bruto, conocido como el Galaico, completándose cien años después la romanización de toda Galicia.
Las vías de comunicación más frecuentadas previas a la romanización eran los cauces fluviales, siendo el Támega el río que atraviesa Monterrei a la vez que su caudal nutre al todopoderoso Duero en tierras lusas (lo que ayuda a entender en parte la climatología del entorno). De cuna gallega, nos une con Portugal como héroe eterno y cruza la comarca para abastecer el que será en breve unos de los mayores colosos hidroeléctricos de Europa, la llamada Gigabatería del Támega.
De la época prerromana se conservan cerca de un centenar de castros; poblados fortificados líticos presentes en toda la cultura castreña europea, pero albergando Galicia los más monumentales y el mayor número de ellos sumando más de dos millares.
Cuenta la leyenda que la Raíña Moura (la reina de los seres mitológicos galaicos conocidos como mouros) del castro O Muro da Cidade de Medeiros en Monterrei, regaló a los hombres la primera vid para comenzar a elaborar vino como gratitud por dejarla vivir entre ellos. Esta leyenda continúa con el traslado de la Reina Moura al valle, al castro de la Muradella en Mourazos (Verín), romanizado posteriormente como villa agrícola sobre el siglo III d.n.e. Aquí se localizó un grupo escultórico del dios itálico Liber-Pater (Dionisios) con su discípulo Ampelos; esta escultura tallada en mármol blanco y de casi un metro de alto, representa como ningún otro objeto la romanización de Galicia.
La romanización, entre otras muchas aportaciones, trajo la viticultura a escala industrial. Prueba de ello son los numerosos Lagares Rupestres, excavados en el duro granito, razón por la cual se conservan en un excelente estado y se pueden apreciar en ellos las diferentes transformaciones tecnológicas que se han hecho a lo largo del tiempo en este patrimonio enológico que conserva la comarca. Son dignos de visitar todos ellos, más grandes y más pequeños, siendo especialmente recomendables las rutas establecidas en el ayuntamiento de Oímbra con el ya totémico Lagar de Xan Preto, o en Verín el lagar de O Gargalo con una capacidad de 4.000 litros de una sola prensada, es uno de los de mayor capacidad del millar que aún se conservan por toda la cuenca mediterránea.
Hoy la D.O. Monterrei con 28 bodegas activas, es la más joven de Galicia, pero con 2.000 años de historia produciendo excelentes vinos, con variedades ancestrales blancas como la verdello (godello), la verdello louro (treixadura) o en tintas la bastardo (merenzao) o la ya consagrada mencía, que junto con otras muchas más variedades y una climatología única y diferenciada producen los vinos más atlánticos de los continentales o, si los vemos desde la costa, los más continentales entre los oceánicos.
Otra de las grandes aportaciones de ese período han sido los baños públicos y el termalismo con sus aguas sanadoras como la de la Villa Termal de Requeixo en Monterrei (ayuntamiento) o los manantiales y balnearios de Cabreiroá, Sousas, Caldeliñas y Fontenova en Verín. Este ayuntamiento, con el mayor núcleo poblacional de la comarca.
En el ayuntamiento de Castrelo do Val es inevitable acercarse a la naturaleza y puerta del desbordante Parque Natural do Invernadeiro, santuario de fauna, donde sobrevuelan las águilas reales, perviven los robles más antiguos de Galicia con diámetros superiores a los 6 metros y entre los que establecen sus dominios los lobos, definidos como los más salvajes de Europa ya que son los únicos ejemplares de lobo ibérico que mantienen costumbres ancestrales de la especie, basando su dieta únicamente en la caza de animales silvestres.
Si entramos en la comarca desde la meseta, nos encontraremos con algunos de los mejores “soutos” (bosques de castaños centenarios). Estamos en el ayuntamiento de Riós, donde se conservan en estabulación libre algunas de las más ancestrales razas vacunas del noroeste peninsular, como la bravía Cachena, la Caldela, la Frieiresa, la Limiá o la Vienesa; todas ellas producen carnes de la mejor calidad.
Vilardevós, como ayuntamiento con larga frontera con Portugal y poca población, ha conservado las rutas de los antiguos contrabandistas de mineral (wolframita) y de ganado.
Todo este territorio duerme bajo la atenta mirada del Castelo de Monterrei (siglo XII), fortaleza-palacio declarado monumento histórico de España, erguido en el siglo X sobre los restos del Castro de Baroncelli, con sus posteriores adaptaciones como fortaleza defensiva, reconvertido hoy en Parador Nacional. Alberga el hospital de peregrinos que aún se conserva, la primera imprenta de Galicia datada de 1494 y con la que, como no podía ser de otra manera, se imprimió la primera edición del Missale Auriense, considerado uno de los primeros incunables gallegos y que en la actualidad se conserva en el Archivo Diocesano de la Catedral de Ourense.
Dentro de la gastronomía con arraigo, destacamos sus carnes de vacuno y cabrito, el bacalao con pan de broa (pan de maíz), las castañas, variedad de hongos y setas, los pimientos de Oímbra con Denominación de Origen, las patatas, numerosas variedades de ciruelas, cerezas, etc. y, en temporada, aún se pueden degustar ancas de rana. Todo acompañado del reconocido vino de Monterrei, capaz de sintetizar el paisaje e historia del territorio en cada botella.
Dónde comemos Los Paadín:
Casa Zapatillas
Regueiro da Cova
Restaurante Brasil
Restaurante Lugano
O Souto das Candelas
Casa Xico
Por Alejandro Paadín & Luis Paadín
Fotografías: Ayuntamiento de Monterrei, Ayuntamiento de Oimbra, Ayuntamiento de Verín, Begoña Gómez y Pedro Senén Araújo